Luchar contra los estereotipos que afectan a mujeres que han sufrido una violación y que se refieren a la ropa que llevaban en ese momento es el objetivo de una exposición en Bruselas, que considera la relación entre la vestimenta y las agresiones sexuales "no es más que un estereotipo propio de la cultura de la violación".

La instalación, titulada "¿Qué llevabas puesto aquel día?", permanecerá en un centro social del barrio de Molenbeek, uno de los distritos más humildes de Bruselas, hasta el próximo 20 de enero.

Se trata de la primera vez que esta muestra se exhibe en Europa, después de su presentación en la universidad de Kansas (Estados Unidos) en 2013.

"Ojalá acabar con las violaciones fuera tan simple como cambiar la ropa que llevamos", dijo hoy en una entrevista la creadora de la exposición y directora del Centro de Prevención y Educación frente a Asaltos Sexuales de la Universidad de Kansas, Jen Brockman.

"Preguntar (...) a una persona qué llevaba cuando fue víctima de una violación no le cuesta nada a quien pregunta, pero a quien la ha sufrido no hace más que provocarle sentimientos de culpa", explicó Brockman.

Para su creadora, la exposición "refleja el diálogo internacional sobre la violencia sexual que se está dando a día de hoy" y llama a recordar que #MeToo "no es un momento, es un movimiento".

"No podemos desoír nunca más ni las historias de tantas supervivientes ni ignorar el impacto de la violencia machista en el mundo", concluyó Brockman.

La exposición "¿Qué llevabas puesto aquel día?" nació a raíz de un poema homónimo de Mary Simmerling, que llevó a Jen Brockman a buscar la forma de plasmar su mensaje a través de una intervención artística.

Las prendas que se muestran son de lo más cotidiano: van desde pijamas hasta trajes de baño, pasando por ropa deportiva, una chilaba o un traje de policía.

"Aquel día llevaba mi traje de policía y mi arma; pero ninguna de esas dos cosas sirvió de nada", asegura una de las víctimas a través de un testimonio recogido en la exposición.

Otra de las prendas que destacan en la exposición es una chilaba, vestimenta habitual en Molenbeek, un distrito municipal de mayoría musulmana.

"Llevaba una chilaba, como todos los días, porque me recordaba a mi origen, a mi familia y a mi identidad, pero ahora sólo me recuerda a él", lamenta otra de las víctimas.

La exposición también incluye una prenda masculina, en la que su portador recuerda que, cuando hablaba de su violación, "sólo me preguntaban si era homosexual, pero nunca me preguntaban por la ropa que llevaba aquel día".

La responsable del servicio de prevención de Molenbeek, Delphine Goosens, explicó por su parte que la muestra "es muy poderosa y visual", que deja a la gente impactada y ayuda a reflexionar sobre la cultura de la violación y sus estereotipos.

"La víctima no tiene ninguna responsabilidad sobre el ataque", afirmó Goosens, que entiende que "los primeros estereotipos contra los que tenemos que trabajar son aquellos que trasladan la culpabilidad de las violaciones a las víctimas".

"Es una lacra que no entiende de edad, de clase ni de nacionalidad", denunció Goosens, que también destacó que movimientos como #MeToo "han hecho que sea más fácil hablar sobre ello".

Según los datos más recientes de la agencia de estadística europea, Eurostat, en 2015 se registraron 80 mil violaciones y 215 mil agresiones sexuales en los países de la Unión Europea (UE).

La instalación concluye con datos de Amnistía Internacional (AI) que aseguran que una de cada cinco mujeres en el mundo será violada en algún momento a lo largo de su vida.

Esta instalación viajará por toda Europa en los próximos meses, dijo su creadora, que señaló que estaría "encantada de colaborar con cualquier centro español de defensa de las víctimas de violación", que quiera solicitarla.

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