Tras un largo viaje desde Xalapa, Veracruz, ayer por la noche llegaron a Querétaro las cenizas del escritor Sergio Pitol y el próximo lunes, a las 20:00 horas, serán depositadas en la iglesia de la Sagrada Familia en Jardines de la Hacienda, junto a los restos de su hermano Ángel.

“Era deseo tanto de él (Sergio) como de mi papá en su momento, como es el deseo de cualquier familia que quiere estar reunida, y la familia estamos en Querétaro, entonces es parte de ese deseo de ellos como hermanos estar juntos”, platicó a EL UNIVERSAL Querétaro Maricarmen Pitol, sobrina del escritor.

Apenas el 21 de marzo en el Centro de las Artes (CEART) de Santa Rosa de Viterbo se realizó un homenaje a Pitol, en celebración a sus 85 años de vida; y planeaban más actividades, como un evento especial en coordinación con el Instituto Nacional de Bellas Artes.

“Sí, hablamos con Lidia Camacho, que es la directora de Bellas Artes, de realizar un homenaje en junio para recordar a Sergio; acá (en Querétaro) habíamos planeado a partir del homenaje en el CEART, una serie de eventos por sus 85 años, no sé ahorita cómo vaya a quedar todo eso, qué se vaya a modificar y qué se vaya a cambiar, habrá que sentarnos a hablar de todo eso, pero estén seguros que probablemente en Querétaro habrá cosas para él, por ahora lo primero es entregar sus cenizas”, detalló.

En el homenaje del 21 de marzo, Maricarmen coordinó la reunión en donde estuvo presente el escritor Felipe Garrido, quien habló de la importancia de la obra literaria de su amigo y compartió algunas anécdotas, como cuando le otorgaron el Premio Alfonso Reyes 2015, condecoración que se entrega en Monterrey, pero que por los problemas de salud del escritor, fueron hasta Xalapa para hacer la ceremonia.

“Y fue como milagroso, sorprendente, y nos dejó a todos muy contentos que Sergio tuvo una lucidez que no se le había visto en muchos días para recibir a la gente, para saber quién era quién, para atendernos, la ventaja de que era una ceremonia en privado es que era un ambiente de mucha calidez y confianza; y Sergio dio unas palabras y las dijo con una claridad notable, que cuando salimos decidimos que deberíamos darle premios más seguidos para que tuviera más momentos de estos”, recordó Garrido.

El autor de Domar a la divina garza murió en Xalapa, a los 85 años, cumplidos apenas el 18 de marzo.

Regresar a Xalapa, para el velatorio y cremación, sirvió a la familia como un momento para evocar los buenos recuerdos del cuentista, novelista, ensayista y traductor.

“Para nosotros Sergio es nuestro tío, es el hermano de nuestro papá, para todos es el escritor, es el diplomático, el hombre impecable lleno de historias maravillosas, pero para nosotros es un miembro de la familia, entonces nuestros recuerdos son todos, y está noche que pasamos en la funeraria fue una noche de recuerdos, de historias, de muchos momentos que hemos pasado juntos, recuerdos entrañables”, añadió Maricarmen Pitol.

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