La póliza de seguros para proteger el patrimonio cultural de México que es responsabilidad del INAH, en caso de sismo, se volvió “impagable” y creció “estratosféricamente”.

Entre 2016 y 2017 se pagaron 165.9 millones de pesos por un seguro ante desastres naturales, como lluvia, incendios, sismos, así como por robo e incluso por terrorismo, además por traslado de piezas. Pero este año no se pudo cubrir por movimiento telúrico ya que tan sólo este rubro cuesta 2 mil 950 millones de pesos, un monto que equivale a casi la totalidad del presupuesto anual del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que este año es de 3 mil 668 millones.

Ante este aumento, 110 mil monumentos históricos, construidos entre los siglos XVI y XIX, así como 29 mil zonas arqueológicas y una red de 120 museos en todo el país, tres escuelas de formación profesional y acervos documentales de carácter histórico no están asegurados en caso de sismo desde el primer minuto del 1 de enero de 2018, de acuerdo con la póliza obtenida a través del Portal de Obligaciones y Transparencia. Sin embargo, Diego Prieto, director general del Instituto, aseguró en entrevista que sí están asegurados pero por otros desastres naturales.

Esta situación la dio a conocer Prieto en el marco de la inauguración del Encuentro Internacional de Protección del Patrimonio Cultural en Emergencias, en donde anunció que la póliza se venció y no fue posible renovarla con el rubro de sismos o catástrofes de orden geológico debido al monto, que significa más de las dos terceras partes del presupuesto fiscal del INAH.

“Tuvimos que renovar la póliza pero para todas las contingencias y traslados de piezas, con excepción de las de origen telúrico. En caso de sismo, tendríamos que apoyarnos sólo en el Fondo Nacional de Desastres”, anunció Prieto.

En entrevista con EL UNIVERSAL, el director general del INAH explicó que sólo Banorte ofreció una póliza. “Las demás ni siquiera se presentaron. Una vez que suceden estos grandes terremotos en México, como todas las aseguradoras en México y en el mundo tienen que contratar reaseguradoras, no se pueden arriesgar a una quiebra, el punto está que en el mercado de reaseguros el tema de los sismos para México se elevó al cielo, se elevó a las nubes. Está excesivamente alto. El Estado mexicano tendrá que revisar los esquemas de aseguramiento, si son estas aseguradoras o fondos de contingencia, eso se habrá de revisar sobre todo ya en la perspectiva de cambio de gobierno federal”, indicó Prieto.

Ante la situación, el INAH solicitó al Fondo Nacional de Desastres (Fonden) que en caso de un desastre por movimiento telúrico haga una excepción y cubra los daños.

“El INAH solicitó al Fonden que tome en cuenta esta excepción debido a que el monto del seguro es realmente impagable, se le pidió tome en cuenta esta circunstancia especial con el propósito de que los bienes patrimoniales puedan ser atendidos en caso de desastre de una magnitud parecida a la del año pasado”, explicó, por su parte, José María Muñoz Bonilla, coordinador Nacional de Centros INAH, en el marco de la presentación del programa de la 29 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).

El Fonden se creó en 2012 y es un fideicomiso que es administrado a través de Banobras. Para poder acceder a sus recursos es necesario que exista una declaración de desastre natural por parte de la Secretaría de Gobernación.

Ante el alza de la póliza y la imposibilidad de pagarlo, Prieto indicó a este diario que es necesario pensar en la constitución de un mecanismo “más robusto” que permita atender daños o afectaciones que en virtud de movimientos telúricos u otras causas se pueden presentar.

El funcionario sostuvo que el INAH está a cargo del estudio, conservación, cuidado, investigación y protección jurídica de los bienes paleontológicos, arqueológicos e históricos del país.

De este universo, algunos están bajo custodia del INAH, otros son propiedad federal, pero están con la vigilancia de otros, como las asociaciones religiosas; y otros son propiedad estatal o municipal. Mientras que todo el patrimonio arqueológico es propiedad de la nación.

Y advirtió que la mayor parte de los templos y edificios de orden religiosos son custodiados por organizaciones religiosos.

“Es muy importante que sí tengamos un esquema muy fuerte y claro en el caso de inmuebles históricos que están bajo custodia de las asociaciones religiosas, que se haga válida su obligación de darle mantenimiento y cuidado. Los daños que una emergencia pueden ocasionar se disminuyen considerablemente si hay mantenimiento y medidas de prevención. Y, de acuerdo con la Ley de Asociaciones Religiosas, la iglesia tiene obligaciones”, detalló.

Diego Prieto explicó que el seguro paga por evento; en el caso del sismo del 7 de septiembre que afectó principalmente a Oaxaca y Chiapas, y en menor medida a Tabasco, Veracruz e Hidalgo, cubrió daños por alrededor de mil 600 millones de pesos. En el sismo del 19 de septiembre que afectó a la Ciudad de México, Puebla, Tlaxcala, Morelos, Estado de México y Guerrero, el seguro aporta la suma máxima considerada en la póliza, que es de 3 mil 500 millones de pesos, y el resto lo cubre el Fonden.

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