La memoria encapsulada a través de obras de arte es el concepto que el fotógrafo argentino Sebástian Casartelli refleja en Son cosas de la abuela, una serie de fotografías y collages de artículos en virtud de su antiguo uso.

La exposición Son cosas de la abuela es un conjunto de piezas que constantemente están siendo modificadas, con el tiempo son reformuladas. La colección comenzó hace 10 años cuando Sebástian indagó en cajones y armarios objetos que tenían que ver con la vida personal y particular de su abuela.

Como un trabajo personal despojó los elementos de todo lo que los rodeaba para hacer así fotografía de catálogo, utilizó fondo blanco enfocando toda la atención en el objeto, con el paso de los años se convirtió en un ejercicio constante, en el que siempre hay una obra nueva.

“Empezó siendo una serie fotográfica, después fui utilizando los propios artículos como parte de la obra física, pero siempre con el concepto del marco blanco. Dejé de lado el para que se usaban, y los reconstruyo desde la ornamentación”, expresó el artista argentino.

Sebástian vivió por un tiempo en la Ciudad de México y Guanajuato, posteriormente regresó a Argentina justamente a la casa de su abuela, en donde la historia de esta muestra partió.

Desde hace un par de años radica en Querétaro con su esposa Martha Salas y su pequeño hijo Ciro, quien al parecer seguirá los pasos de su padre pues todo el tiempo está tomando fotografías con su propia cámara.

El artista expresó estar emocionado por presentar al fin una exposición que refleja el agradecimiento eterno que le tiene a su abuela en una forma de inventario de la realidad; una servilleta que envuelve semillas, una cruz enterrada, un reloj despertador y otros elementos dejan de ser de alguna manera una yuxtaposición irracional de simples objetos.

“En mi evolución creo que ha cambiado la perspectiva con respecto a lo que quiero decir con mis imágenes, estoy en una etapa más íntima y de reconocimiento del pasado”, comentó Sebástian.

Dentro de sus piezas favoritas se encuentra un costurero, el cual aún conserva y utiliza, por otra parte se encuentran unos antiguos anteojos, elemento al que el artista piensa darle vida de otra manera, será transformado como un lente para una cámara analógica.

En relación a sus proyectos futuros se encuentra una exposición en el Centro de la imagen, el tema son las manifestaciones espontáneas de la gente en las carreteras argentinas, específicamente en relación a los santos que no han sido canonizados por ninguna iglesia.

“Creo que aquí concluirá Son cosas de la abuela, es una parte importante de mí pero creo que debo continuar con esta nueva muestra más a detalle, continuar con la docencia y abrir mis horizontes”, concluyó Sebástian.

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