Shirin Ebadi es la primera musulmana iraní en ser reconocida con el Premio Nobel de la Paz, por su permanente compromiso con la defensa de la libertad de expresión, y los derechos de las mujeres, las niñas y los niños de su país, del que hizo mención durante su participación en una charla con la periodista mexicana Lydia Cacho.

Con la ayuda de una intérprete, Shirin, quien fue la primera abogada en trabajar en un juzgado en Irán, compartió a través de su lengua, su postura ante la construcción de muros y la limitación de la movilidad humana entre naciones, no sin antes aludir al Hay Festival como un evento que une a los pueblos a través de la cultura.

“Recordemos el muro de Berlín. Durante mucho tiempo separó a las personas, pero gracias a los deseos de un pueblo, en menos de 24 horas se derrumbó; ese es el destino de cualquier muro que sea creado para separar. Aunque en el fondo, no tengo miedo de su construcción, sino de la existencia de aquellos muros que separan el corazón de las personas. El resultado de ese tipo de muros se ve en el auge de la homofobia y al miedo a lo diferente, en general”, expresó.

Recordando la persecución política que vivió desde que se despojó del velo y decidió alzar la voz, dirigió su mirada a los jóvenes que la escuchaban con atención, y los exhortó a participar activamente en la transformación de la sociedad.

“Normalmente los jóvenes tienen miedo al fracaso, miedo a que si luchan acaben en la cárcel o perdiendo su trabajo. Quiero decirles que no le tengan miedo al fracaso, porque cuando yo veo mi propia mi vida, veo todos los momentos que considero victoriosos y estos llegaban exactamente después de un momento de revés”, dijo la autora de Hasta que seamos libres, donde plasma su experiencia en la lucha por los derechos humanos.

“En su libro habla sobre cómo el gobierno tomó a los mártires de la guerra sirio-iraní y cómo decidieron que los iban a enterrar en las universidades y en los parques”, narró Lydia Cacho sobre una de las anécdotas incluidas en la autobiografía de Ebadi, quien explicó que esta táctica fue y sigue siendo utilizada por el Estado israelí para amedrentar a los jóvenes, amenazándolos simbólicamente con convertir a todo el país en un cementerio.

“A través de los medios de comunicación intentan propagar la apología de su ideología, pero el gobierno iraní también tiene otro método que es aprovechar cualquier parque o universidad para enterrar un mártir sin nombre, porque los jóvenes quieren la libertad de poder vestirse de la manera que quieran, hacer lo que ellos decidan; poder elegir la religión que quieran. Desgraciadamente no solamente no tenemos libertad política, tampoco tenemos libertad personal. El gobierno es sumamente corrupto, y eso hace que haya más pobreza, por eso yo digo, que si este proceso continúa, en un año mi país se va a convertir en otra Venezuela. Los jóvenes están luchando contra el gobierno, quieren la democracia. Allá a cualquier persona que hable de la democracia, el gobierno le dice ‘ustedes están a favor de EU’; cuando alguien habla del feminismo, dice ‘ustedes reciben fondos de Israel’. Los gobiernos que son dictaduras siempre buscan un enemigo contra quién luchar, porque a través de la creación de un enemigo justifican su violencia contra el pueblo”, aseguró.

Por ello, destacó a la palabra y la voz como herramientas indispensables para generar resistencia, y así sumar a la transformación de las condiciones actuales de injusticia y violación de los derechos humanos.

“Desgraciadamente en Irán contamos con un nivel de censura muy elevado. Para la publicación de cada libro o artículo, el autor tiene que contar con una licencia del gobierno y cualquier crítica en seguida se oprime, ahora mismo tenemos más de 50 poetas, escritores, y periodistas encarcelados en Irán. Afortunadamente Internet ha hecho que la censura de los gobiernos se debilite, pues a través de las redes sociales, la gente es capaz de mostrar su crítica”.

arq

Google News

TEMAS RELACIONADOS