En la zona de El Pinacate y el Gran Desierto de Altar, en Sonora, donde las temperaturas pueden alcanzar hasta 57 grados en verano, los indígenas o'odham, una cultura milenaria, siguen caminando cientos de kilómetros para obtener sal de manera directa.

La caminata, de 400 a 500 kilómetros, requiere del conocimiento del desierto. En el trayecto se hacen rituales que desembocan en la obtención directa de la sal, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en un comunicado.

El término tohono o´odham (otam) quiere decir “la gente del desierto”, y es en este lugar donde por miles de años se han adaptado a las condiciones extremas del clima.

Este pueblo indígena habitó regiones tanto de México como Estados Unidos, pero al momento en que se estableció la frontera entre ambas naciones, en el siglo XIX, los o´odham quedaron divididos.

Actualmente su población en México es de alrededor de 600 personas, mientras que en EU rebasan los diez mil.

En México habitan en pequeñas comunidades dispersas en el extenso desierto, como Quitovac, Pozo Prieto, El Cumarito, El Bajío, Chuwy y Güsk, entre otras, ubicadas en las cabeceras municipales y diversas localidades como Puerto Peñasco, Sonoyta, Caborca, Altar, Pitiquito, Átil y Plutarco Elías Calles.

“Hacia el oeste del territorio o´odham está el Golfo de California. Antes, las dunas, las pozas ancestrales, los humedales y los sitios de la sal, en torno a los cuales se desarrolló una ruta muy importante en la cosmovisión indígena: la peregrinación por la sal. Rito de paso que reconoce a los jóvenes como adultos”, se lee en el comunicado.

Los jóvenes o´odham deben prepararse física y espiritualmente para el trayecto, durante el cual se realizan rituales para la obtención directa de la sal, “considerada elemento sagrado por sus importantes beneficios, como la posibilidad de conservar alimentos pese a las altas temperaturas, curtir pieles para producir indumentaria e hidratar al ganado”.

mdgm

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