"La política es un negocio sucio, siempre lo ha sido y siempre lo será", o eso es lo que opina el escritor irlandés  que, no obstante, sostiene que frente a ellos hay millones de personas que no hacen mucho ruido, gente "decente".

Banville (Wexford, 1945) se refiere así a la política al hablar de Estados Unidos donde, sostiene, hay mucha más gente que escucha la radio pública que todas las emisoras de radio "de derechas juntas", pero lo hacen sin "mucho ruido".

Ganador del premio Booker y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2014, entre otros muchos galardones, Banville se encuentra en Madrid para presentar su nueva novela La señora Osmond(Alfaguara), una continuación de Retrato de una dama, de Henry James.

"La gente me pregunta por qué decidí continuar esa novela. No lo sé", dice en un encuentro con periodistas el escritor irlandés, para reconocer a continuación que fue su mujer la que se lo sugirió hace diez años porque estaba "cansada" del tipo de libros que escribía.

Y Banville contestó "venga, va": "No podía haber tenido un cambio más radical" señala el autor, que confía en que a Henry James (Nueva York, 1843-Londres, 1916) le hubiera gustado esta iniciativa suya pues recuerda que el propio escritor consideró que debería haber escrito una segunda parte de Retrato de una dama.

Una novela que James publicó en 1881 y cuyo ambiguo final quería cerrar Banville, aunque explica que conforme escribía "La señora Osmond" se dio cuenta de que tenía que volver a dejarlo abierto.

El escritor irlandés ha seguido el estilo de Henry James porque "en la literatura todo se salva por el estilo" y habría sido "absurdo" escribir "en un inglés normal y corriente".

Pero además "quería demostrar al viejo Henry James que yo era capaz de hacerlo como él... o incluso mejor", bromea.

Una experiencia que sucede a la que realizó a través de su alter ego Benjamin Black, seudónimo con el que firma sus novelas negras, al "resucitar" a Raymond Chandler, a través de su protagonista Philip Marlowe, en La rubia de ojos negros (2014), una aventura literaria que le encargaron los herederos de Chandler.

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El jurado consideró que el autor "dota al género policíaco de una calidad literaria excepcional"

Banville explica que los psicólogos dicen que cuando uno se plantea hacer algo así "entra en un estado de hipnotismo" y dice que no recuerda nada de cuando escribió La rubia de ojos negros, excepto que veía a veces a su mano "escribir sola".

"No soy místico, pero estaba en un estado de semiinconsciencia", tanto entonces como al escribir ahora La señora Osmond.

La novela Retrato de una dama y su protagonista, Isabel, que continúa su historia en La señora Osmond son "feministas", asegura el escritor, que dice que comparte con Henry James su "fascinación" por las mujeres, aunque reconoce que en su caso es algo menos "espiritual" que la que sentía su antecesor.

"La libertad es una ilusión", recalca el autor irlandés. A pesar de ello, expresa su interés por la teoría cuántica, para la que el futuro no está determinado: "si se aplica a la forma en la que vivimos parece indicar que el libre albedrío es posible, cuando yo crecí pensando que eso no existía".

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