El imperio es la paz”
Napoleón III

Minutos después del mensaje conjunto entre Trump y López, la prensa norteamericana daba prioridad a otros temas. Si acaso, del mensaje destacaban la promesa que hizo el presidente gringo de reabrir las escuelas pese a la pandemia que azota al país. La nota en Estados Unidos no la llevaba AMLO, sino el ataque de Trump al Centro de Control de Enfermedades que insiste en mantener los colegios cerrados.

Por algo López tiene el mote de Juan Trump, a ambos, por ejemplo, les fascina atacar cualquier contrapeso a su poder, ambos detestan rabiosamente a la prensa libre, ambos mienten en sus discursos, ambos son discípulos y fieles representantes de la post verdad, ambos menosprecian a los expertos, a la técnica y a la ciencia, ambos son populistas que podrían pisotear los derechos más elementales por la ideología más radical y ambos son un peligro democrático porque ambos se sienten iluminados, dueños de una verdad divina confiada a su oído y sabedores del único camino... Ambos se sienten un parteaguas de la historia y tal vez tengan razón, aunque la historia no siempre avanza en el beneficio de las mayorías.

Ni López es Benito Juárez o Lázaro Cárdenas ni Trump es Lincoln o Roosvelt, la clase de historia que no podía faltar en el discurso del mexicano resulta más bien exagerada, un gesto repulsivamente complaciente frente a uno de los bullys más peligrosos del planeta.

Según nuestro presidente, de Trump solo hemos recibido respeto, ¡Oye, López!, ¿pues en qué libro lees?

Curiosamente, resulta que ahora el presidente asume como propios los discursos tecnócratas del déficit, el mismo argumento que usó Trump para someternos a su nuevo, beautiful, USMCA... ¿Cumplirá AMLO y reducirá, entonces, el intercambio comercial con China, por ejemplo, para favorecer la balanza comercial de toda Norteamérica?, ¡Vaya neoliberal!

Dice nuestro presidente que México seguirá aportando mano de obra calificada, joven y creativa, ajá, entonces de hacer crecer a nuestra industria, mejor ni hablamos, pero el patrón fue muy claro: Donald Trump señaló, en cambio, que los trabajos regresarán a los Estados Unidos, ¿en qué quedamos, pues?

Pero quizá, lo que sería gracioso de no ser tan triste, es que ambos mandatarios consideran que han hecho un trabajo “maravilloso” frente a la Covid 19, mientras que la indolencia de Trump ha costado más de 130 mil vidas a Estados Unidos y a nosotros unas 30 mil, mientras que ambos estamos en el top 5 de fatalidad mundial.

Sí, por algo le dicen Juan Trump, se parecen mucho.

DE COLOFÓN

Han detenido a César Duarte, ¡enhorabuena si se hace justicia!, pero el timming es maravilloso, como anillo al dedo. Si siguen así van a terminarse muy pronto las cajas chinas… Otra opción es que la Cuarta comience a administrar mejor sus escándalos y a espaciar los frentes que abre contra todo el mundo.

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