La ministra Yasmín Esquivel Mossa hace lo imposible para evitar que la UNAM falle en su contra por el plagio de su tesis para obtener la Licenciatura. En búsqueda de impunidad la señora ministra Esquivel acudió exigiendo justicia en donde puede y con quien puede encontrar apoyo personal para encubrir sus trapacerías curriculares en materia universitaria. Autoridades de la UNAM, si bien adelantaron que la tesis para obtener la Licenciatura en Derecho, literalmente era una copia de otra tesis, abrió un juicio administrativo para respetar el derecho de audiencia de la ministra, quien acudió y presentó alegatos y pruebas.

En el inter, la señora aprovechó para interponer un juicio de amparo, logrando la suspensión del acto reclamado para que la UNAM suspendiera el trámite y se abstuviera de difundir cualquier hecho relacionado con la ministra amparista. AMLO se ha hecho presente defendiendo a Yasmín Esquivel; claro, sin prueba alguna que justifique su escandalosa defensa política en el atril presidencial. El Abogado General de la máxima casa de estudios se inconformó con lo resuelto por la jueza, de tal suerte que los magistrados del Vigésimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Administrativa, resolvieron desechar el amparo de la ministra por notoriamente improcedente, ya que la investigación que le siguen las autoridades universitarias no constituyen resolución definitiva y tampoco es un acto de imposible reparación.

El Comité de Ética podía continuar con el proceso administrativo. Pero ¡Oh sorpresa! Otra “chicanada” de la ministra se hizo presente. Sabiendo que sería revocada la suspensión provisional, la señora acudió a la justicia civil que controla la morenista Claudia Sheinbaum y minutos después de haber resuelto el Tribunal Federal, ahora un juzgado civil vuelve a decretar la suspensión de los actos del proceso administrativo universitario.

A la ministra Yasmín Esquivel Mossa, se le enturbió la carrera académica. Los medios de comunicación también dieron cuenta de más irregularidades en la legalidad de sus estudios superiores hasta el Doctorado. A toda costa la ministra quiere cerrar el feo capitulo de su vida estudiantil. Sea cual sea el resultado final de las trampas legaloides, la ministra Yasmín ha perdido la reputación para continuar en el ejercicio de la impartición de justicia, su “buena fama” quedó deteriorada, maltratada consecuencia de su deshonestidad. Incumple requisitos constitucionales del artículo 95 para continuar en el cargo: debe renunciar.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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