Si has venido o vives en Querétaro y no conoces la historia del Acueducto de nuestra bella ciudad, te estás perdiendo de mucho, ya que su existencia tiene que ver con el protagonista de este mes de febrero; “El Amor”.
“Cuenta el relato que entre el año de 1726 y 1738 vivió en esta noble ciudad un adinerado caballero, El Marques de la Villa del Villar del Águila, Juan Antonio de Urrutia y Arana quien en su estancia se enamoro de un imposible, pues ella fue una monja capuchina que habitaba en el convento de la Cruz y él ya estaba casado, pero eso no fue obstáculo para que el noble señor cumpliera con uno de los pedimentos de la religiosa “abastecer de agua al convento” , por lo que se le ocurrió invertir su inmensa fortuna en la histórica construcción y no solo poner la mayor parte del capital, sino trazar, calcular y sumarse a la labor de docenas de trabajadores que hicieron posible la majestuosa obra”.
Desde la segunda mitad del siglo XVII, cuando fue nombrada “Tercera ciudad”, Querétaro se había convertido en una de las poblaciones más prosperas y hermosas de la Nueva España, alcanzando en el siglo XVIII gran prosperidad y desarrollo urbano, sin embargo carecía de un eficaz y saludable servicio de agua potable, pues los viejos canales y cañerías que surtían el vital liquido conducían aguas sucias y mal sanas, por lo que las monjas capuchinas expusieron sus quejas y protestas al Marques sobre la necesidad, habiéndoles concedido solucionar tal hecho por amor.
Como esta leyenda hay muchas en nuestro país que relatan hermosas historias y que han dejado para nuestros días un bello legado. Si aun no han ido a darle un beso a su pareja en el afamado “Callejón del beso” de Guanajuato, pónganlo en su lista de espera pues se dice que con este acto gozaran de 7 años de buena suerte en el amor.
¿Conocen la leyenda de la princesa Donaji?, deben visitar Oaxaca, la historia de la bella zapoteca y su sacrificado amor por su pueblo es uno de los momentos más emotivos que se presentan durante la popular fiesta de la Guelaguetza.
¿Quizá la leyenda del Popocatepetl e Iztaccíhuatl? Se dice que la vista que engalana a la ciudad de México esta realzada por amor. La historia data que el cacique tenía una hermosa hija, llamada Iztaccíhuatl, que depositó su amor en el joven Popocatépetl, un apuesto guerrero de su pueblo. Ambos se profesaban un inmenso amor, por lo que antes de partir a la guerra, Popocatépetl pidió su mano y su padre accedió, prometiendo recibirlo con una gran celebración si regresaba victorioso. Al poco tiempo, un rival de amores, le dijo a Iztaccíhuatl que su amado había muerto durante el combate y abatida por la tristeza, sin saber que todo era mentira, la princesa murió. Tiempo después, Popocatépetl regresó triunfante, pero a su llegada, recibió la noticia. Entristecido, decidió hacer algo para honrar su amor y que su recuerdo permaneciera en la memoria de los pueblos y mandó construir una gran tumba ante el sol, juntando 10 cerros para formar una enorme montaña, tomó entre sus brazos el cuerpo de su princesa, lo llevó a la cima y lo recostó inerte sobre la gran montaña. El joven guerrero le dio un beso póstumo, tomó una antorcha humeante y se arrodilló frente a su amada, para velar así, su sueño eterno…se dice que desde entonces permanecen juntos, uno frente a otro y con el tiempo la nieve cubrió sus cuerpos, convirtiéndose en dos enormes volcanes que seguirán así hasta el final…
Lo creamos o no, el amor mueve al mundo y muy independiente a que este día se haya tornado meramente comercial, todos tenemos una historia de amor que contar. ¿Cuál es la tuya?