A las mujeres, por naturaleza, por creencias, por educación y por cultura se nos ha acercado más al mundo de las emociones. Para bien o para mal las emociones han sido parte de nuestra vida. Y menciono para mal, solo por referirme al contexto social en el que se nos encuadra porque se nos cataloga de hormonales y sentimentales.

Además de estar conectadas a nuestra intuición, la cual en más de las ocasiones es nuestra gran cómplice de grandes aciertos y de semáforo de riesgos, las emociones son parte fundamental para tomar decisiones pudiendo ser un arma de doble filo, por lo cual saber identificarlas y sobre todo observarlas es la clave para poder darnos cuenta si es momento o no de tomar decisiones.

¡Pero no quiero distraer el sentido de mi aportación hoy! y es que ¿cuántas veces recurren a nostras para pedirnos consejo? Si bien es cierto que somos un género por demás inteligente,hablando también en el plano racional,  a la mujer se le ha permitido estar siempre en contacto con lo que se siente aunque haya algunas que no les guste demostrarlo. Sin embargo, ahí están siempre a flor de piel.

¡Bendita gracia la nuestra! y ¡bendita fortuna! hoy dia la inteligencia emocional está ganando terreno importante incluso en las grandes organizaciones donde el observar el clima laboral está llegando a ser un pilar para poder llegar a la productividad deseada. Ahora, el reto es aprender a detectar nuestras emociones y si son negativas pues salir de ellas o por lo menos evitar tomar decisiones cuando transitamos por un enojo o por  tristeza que normalmente son las emociones que no nos permiten ver con claridad y nos llevan a nuestro lado oscuro y ¡aguas! porque ahí es cuando o nos juntamos con Yoda o nos vamos con Darth Vader.

Ni todo el conocimiento del mundo, podrá generar una alza en la productividad de un ser humano si este no se encuentra estable y en armonía con sus emociones. Y no es que podamos tener control sobre nuestras emociones, estas simplemente aparecen ante tal o cual situación y pues si uno anda por ejemplo con el galán, la emoción será estar como borreguito saltando entre las nubes y pues tampoco es sano tomar decisiones en ese estado ¡mucho menos! cuando ese galán te quedó mal y te enfurece ¡al máximo! La buena noticia es que son temporales y entonces cuando estemos más tranquilos, entonces sí ya podemos sentir y pensar con mayor tranquilidad. ¡Ojo! como sientes, piensas.. y ahí se cómplice la cosa porque si es recurrente la emoción entonces se convierte en un estado de ánimo y si estás animoso y feliz pues permanece ahí todo el tiempo que gustes, pero si estás frustrado, molesto y enojado, tu estado de ánimo será depresivo y andarás esparciendo amargura por todos lados pero además de eso te estarás lastimando y ¡eso! no está padre.

¡Pero bueno! acá lo importante es que todos, no importando si somos lindas féminas o apuestos caballeros, es que mientras más usemos nuestro corazón, refiriéndome a permitirnos sentir, y aprendamos a conocer nuestras emociones y observemos si se han convertido en estados de ánimo será mucho más sencillo caminar por esta aventura llamada vida.

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