El cuento de La rana hervida de Olivier Clerc parece cobrar vida en nuestro muy querido México. Recordemos que el cuento señala que si introducimos de golpe a una rana en agua hirviendo, esta saltará fuera del recipiente salvando así la vida. Pero si colocamos a la misma rana en agua templada y poco a poco le vamos subiendo la temperatura, la rana, que es un animal de sangre fría, no lo sentirá sino hasta que sea demasiado tarde y quede literalmente cocida.

Me parece que esto es lo que estamos viviendo hoy en día en México, ya que prácticamente todos los días podemos ver cómo los mexicanos vamos perdiendo libertades, vemos cómo el gobierno del presidente López Obrador y su partido Morena abusan de su poder y violan la ley. Todos los días vemos cómo el Presidente en su conferencia mañanera nos miente a todos o denosta y humilla a quienes no piensan como él. Vemos cómo endilga los problemas nacionales a los “conservadores”, a los gobiernos neoliberales anteriores, etc., etc., en lugar de asumir su responsabilidad. Vemos como sus decisiones no están regidas por el bien común sino por un interés clientelar y electorero. Los ejemplos abundan, no tiene caso enumerarlos, ya conoces más que suficientes. Es por ello y retomando la analogía de la rana que percibo que todavía hay millones de mexicanos que como la rana, no se han dado cuenta de que las están cociendo, no se dan cuenta de que si bien un familiar pudiese recibir una pequeña dádiva del gobierno federal, este les está quitando libertades y que estas simplemente son invaluables.

Haciendo un esfuerzo puedo llegar a entender las razones por las que el presidente toma las decisiones clientelares y electoreras que he mencionado. Decisiones que si bien tienen como origen una noble intención son totalmente equivocadas ya que finalmente son contaminadas por el desconocimiento del tema a tratar, prejuicios, resentimientos y hasta por intereses personales. Contaminación que lamentablemente ensucia el amor del presidente para con México y que debo reconocer es muy grande.

Lo que no puedo entender por más esfuerzos que hago es porque la mayoría de los mexicanos que sí se dan cuenta de que estamos perdiendo libertades y que nuestros derechos son pisoteados (si ven cómo sube la temperatura del agua) permanecen impávidos y no reaccionan con el vigor que se requiere. No entiendo si es miedo, desidia, o qué. Solo observo que ante la mencionada pérdida solo se quejan de la situación nacional entre familiares y amigos pero sin hacer más (aunque croan y croan, se siguen quedando dentro del recipiente del agua que todos los días incrementa su temperatura) y así un día, no muy lejano, quedarán absolutamente cocidos.

Fuente de los Deseos: Ojalá los mexicanos que sí nos damos cuenta de que todos los días, paulatinamente, sin prisas pero sin descanso, perdemos libertades y que nuestros derechos más elementales son pisoteados. Ojalá decidamos “saltar fuera de la olla” en la que hoy nos están cociendo. Ojalá que cada quien empiece a “saltar fuera de la olla” sin esperar a que otros lo hagan primero. Ojalá que para cuando esa mayoría se decida, no sea demasiado tarde.

Comisionado del CECA. @TAMBORRELmx

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