El pasado domingo presentó su sexto informe el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez. Fue un acto sobrio y respetuoso de las instituciones, en el que prevaleció la tolerancia y formalidad de la ocasión.

Previo al arribo del mandatario, todas las fuerzas políticas en el Congreso fijaron su posicionamiento. Algunos aplaudiendo la gestión del gobernador, otros fueron más críticos con los “resultados” entregados. Una vez hecho lo anterior, se le recibió en la sede del Poder Legislativo y se le escuchó con respeto y atención.

Uno de sus principales logros fue entregar al estado con deuda cero. Un objetivo importante para el desempeño adecuado de las finanzas públicas, quedando el pueblo queretano satisfecho con tan importante anuncio, y mucho más su sucesor, quien recibirá la administración estatal totalmente libre de ataduras financieras.

Sin embargo, en el informe brillaron por su ausencia varios temas de gran importancia para el pueblo queretano, y otros se fueron de paso sin mayor aspaviento. Tal es el caso de la violencia contra las mujeres, misma que, aunque le resulte incómoda a muchos, es una realidad que afecta y lacera a nuestra entidad.

De acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, mantenemos por tercer año consecutivo el primer lugar en tasa de lesiones dolosas contra mujeres por cada 100 mil habitantes. Asimismo, la violencia doméstica se ha intensificado, llegando a puntos inusitados durante la pandemia y el distanciamiento social.

Una de las razones por las que dicho fenómeno sigue presente, tiene que ver con la permisión del gobierno, en este continuo “dejar hacer, dejar pasar”. La mayoría de los agresores son reincidentes que ya habían cometido algún acto de violencia   hacia sus esposas, hermanas o amigas. Por ello, es indispensable crear mecanismos más efectivos que inhiban esas conductas y pongan sanciones ejemplares para quienes las cometen.

Desde noviembre de 2019, en compañía de las y los diputados de mi bancada en el Congreso local, así como de activistas sociales, defensoras de los derechos humanos y académicas,  presentamos una iniciativa para imponer mayores sanciones a quienes cometan ese tipo de actos, sobre todo si son reincidentes. La intención es tener un Código Penal actualizado y fuerte, que responda con eficacia a los fenómenos sociales que presenta nuestra entidad. Seguimos esperando a que sea dictaminada.

Por otro lado, está el tema del transporte público. Una propuesta y promesa que se quedó en el tintero y no se pudo materializar en su totalidad. Sin duda el reto es enorme, pero también se cuentan con los recursos adecuados y suficientes para proponer soluciones viables y palpables.

De cualquier forma, lo que es claro, es que el transporte público en Querétaro está rebasado y no cumple con los mínimos parámetros de calidad, accesibilidad y cercanía que demanda la población.

Así, se ha ido otro sexenio. Una administración con aciertos y pendientes. Sin duda, el gobernador saliente hizo su mayor esfuerzo por nuestra entidad y eso se le reconoce.

Ahora, será tiempo de evaluar el trabajo de su sucesor, quien, como lo hemos visto, tiene grandes retos por delante. Por nuestra parte no nos queda más que desearle el mejor de los éxitos y ofrecerle nuestro apoyo. Porque, más allá de colores y posturas, tenemos un objetivo común: servir a Querétaro.

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