Estimado lector, en las participaciones anteriores compartimos con ustedes la importancia de ir a votar e insistimos en la invitación para hacerlo. En estas colaboraciones propusimos construir de una manera reflexiva, ir más allá de la coyuntura electoral y que se vuelva una exigencia permanente y motivación para participar.

No asumir nuestra responsabilidad suele ser el origen de muchos conflictos en los sistemas sociales y políticos, cuyas acciones colectivas se suelen realizar por medio de representantes, los representados, al elegirlos, les otorgan determinada autoridad. Pero no toda. El sistema original no se extingue para dar paso a dos nuevos sistemas: los representantes, con toda la autoridad y la responsabilidad por un lado, y los representados, sin ninguna de ellas, por otro.

El emitir el voto tiene un propósito claro: hacer gobernanza, la cual implica una interacción entre los gobernantes y el pueblo. Así, el objetivo es crear un marco legal que permita que el país pueda desarrollarse en todos los ámbitos.

Esto sólo se logra manteniendo las instituciones e impulsando una participación eficaz, solo así se conseguirá que la ciudadanía confíe en la acción de gobierno y colabore con ella.

La gobernanza apunta a que la nación mejore en sus indicadores económicos y sociales. Esto último se refiere, por ejemplo, a la libertad de prensa y al respeto de los derechos humanos.

Otro aspecto clave que incluye la gobernanza es la sostenibilidad, pues busca sentar las bases para un desarrollo que perdure en el tiempo. Esto obliga a la implementación de medidas para el cuidado del medio ambiente y el uso responsable de los recursos naturales.

Estos temas delicados e importantes debemos tenerlos presentes en el momento en que vayamos a emitir nuestro sufragio. Para lo cual debemos hacernos las siguientes preguntas: ¿Quién nos garantiza esa gobernanza? ¿Cómo la podemos obtener? ¿Qué gobernante buscamos? ¿Quién de los candidatos tiene estas características? ¿Qué nivel de bienestar queremos?

Para lograrlo debemos ejercer el voto útil, es decir, participar con la finalidad de defender nuestros intereses y puntos de vista. Si no lo hacemos, en la práctica otras personas decidirán por nosotros, con el riesgo de que quienes votan defiendan sus propios intereses y puntos de vista, y podrían no coincidir con los nuestros.

Por otro lado, al ejercer el voto útil el elector, no quiere decir que este en total acuerdo con el receptor del mismo, el elector decide votar por el candidato que se encuentra más cercano a sus posiciones políticas ideales y del que espera el mejor desempeño, o bien, porque es la candidata o candidato que puede ganarle al que no quisiera que fuera el triunfador por ningún motivo.

Los ciudadanos en su acción cotidiana y permanente deberán exigir al candidato al que otorgaron su voto que lo haga efectivo, se le entregó la confianza para que revise y se reforme el actuar de los poderes públicos y sus instituciones autónomas para fortalecerlas y lograr que cumplan cabalmente sus funciones.

La fuerza esta entre los electores para votar por México, votar por Querétaro y será decisiva.

Que así sea.

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