Desde hace algunos días, al darse a conocer el inicio de la implementación del llamado Tren de Alta Velocidad que unirá a Querétaro y el Distrito Federal, se han planteado diferentes cuestionamientos los cuales es válido traerlos al debate público, con independencia de que el Partido Acción Nacional los use como parte de la retórica de la intransigencia. Este partido cuestiona el tren no porque no lo comparta, sino porque siendo gobierno no lo hizo en su momento.

La objeción de contaminación, me parece, es el argumento más serio de los opositores al Tren de Alta Velocidad. Sin embargo, de acuerdo con los datos oficiales públicos, el tren será eléctrico por lo que tal vez dicha objeción se traslade al incremento de vehículos y aumento en el tránsito de personas que se concentraran en la estación, localizada en un área de casi seis hectáreas que ha ocupado la Subestación de la Comisión Federal de Electricidad.

Sobre el las expropiaciones de viviendas para derecho de vía, dado que los datos oficiales revelan que el tren irá por las vías ya preexistentes y por tramos subterráneos, esto debe tranquilizar tanto a los habitantes de las zonas vecinas a las vías del tren como a las propias autoridades. Entrar a la materia de las expropiaciones, con lo tardado y costoso de los juicios, haría inviable la meta de brindar el servicio en el año 2017.

También, hay quienes se oponen a la estación del nuevo tren bajo el argumento de que no es la más económica, y que sería mejor alternativa en la zona del antiguo aeropuerto, Santa Rosa o Santa María en la Delegación de Carrillo Puerto, pero hasta el día de hoy no existe una respuesta de quién financiaría el costo de los kilómetros de vía e infraestructura que requieren dichas alternativas. La evidencia empírica es contundente: si el tren viene del Distrito Federal hacia Querétaro, lo más lógico es que la estación se coloque en los puntos más próximos de entrada o salida de la ciudad y no en los puntos más retirados.

Con relación al precio del boleto, el proyecto técnico parte de un costo cercano a los trescientos cuarenta a sesenta pesos por pasajero, lo que sin duda es inferior al precio de cualquiera de los medios de transporte público al Distrito Federal, si se considera que en la llegada a las centrales del sur, norte o del aeropuerto uno debe pagar el taxi o el metro que implica más tiempo y dinero. Por cualquiera de los ángulos que se vea la objeción económica no tiene fundamento.

La objeción del Síndrome de la Línea Dorada. Sobre esta línea argumental los opositores al tren señalan que puede terminar siendo un fraude y que el dinero invertido solo sirva para saciar la voracidad de los contratistas y de los servidores públicos que gestionen la obra. Conforme a las bases de la convocatoria preliminar de la construcción del tren rápido no existe la dislocación del proyecto como en el caso de la Línea Dorada, y deseable que se mantenga en el proyecto el compromiso de las garantías que los constructores y operadores del tren para que respondan de cualquier daño o afectación.

Sobre la objeción de mayor tráfico vehicular y peatonal en detrimento de la movilidad en la zona de Calesa, Álamos y San Javier creo que, si la infraestructura vial que hoy existe no se cambia, tiene razón la objeción. Pero el proyecto de la obra del tren sí contempla desde la ampliación del puente que conecta el Pedregal con la Segunda Sección de Álamos, hasta la destrucción del obsoleto puente sobre el que corre la actual vía del ferrocarril y que atraviesa Bernardo Quintana, así como remodelar la zona vial del final de Universidad con Bernardo Quintana. Seamos francos, esta zona como se encuentra actualmente es indefendible con o sin tren.

La cuestión es clara. Si el Partido Acción Nacional dice “sí” al tren que lo exprese con actos, y en consecuencia así lo indique a sus miembros visibles que ahora se oponen. Si dice “no”, como lo indica el actuar de algunos de sus miembros por ejemplo Marcos Aguilar, entonces también que lo manifieste. En mi calidad de miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) apoyo el proyecto del tren y respeto a que quienes se oponen, pero los emplazo a que expresen sus razones y argumentos.

Abogado

Google News