Al iniciar mi labor como Rector, además de los propósitos académicos fundamentales para su fortalecimiento, a través de las estrategias y acciones pertinentes, en el ámbito administrativo y financiero pronto se identificó la difícil situación que presentaba nuestra Alma Mater en lo relativo al presupuesto, por los pasivos que se encontraron y por el déficit que se presentaba para el año 1994, al disponer de menores ingresos que las egresos obligados para ese ejercicio. La suma de los subsidios estatal y del federal, así como de los ingresos propios por las actividades institucionales, resultaban menores que las obligaciones financieras que ya tenía la UAQ. Se tenían deudas diversas, con el IMSS principalmente, entre otras.

Asimismo, se observaron exigencias administrativas en materia de adquisición de bienes y servicios, no se disponía de un reglamento al respecto y era necesaria su creación, para garantizar transparencia y lograr las mejores condiciones financieras en adquisiciones, además de la pertinencia y calidad de las mismas.

Al poco tiempo fue posible la elaboración y aprobación del reglamento; entre otras cosas, se instaló un comité de adquisiciones y el registro de proveedores, para que participaran en los concursos correspondientes de acuerdo a las convocatorias respectivas. También se aplicaron medidas de austeridad en el ejercicio del presupuesto, privilegiando la atención del quehacer académico.

Lo anterior no resultaba suficiente, por lo cual se realizaron gestiones para disponer de mayor apoyo financiero del gobierno estatal y del federal.

Por parte del Gobierno del Estado de Querétaro, el gobernador, Lic. Enrique Burgos García, tuvo a bien atender la situación que le fue planteada por la UAQ y se dispuso para analizarla con sus secretarías, la general, privada, de educación y finanzas.

El gobernador fue muy atento y sensible a los requerimientos de la UAQ y brindó el apoyo al alcance de sus posibilidades, lo cual facilitó que la institución llevara a cabo su labor educativa a plenitud, así fue durante todo su periodo de gobierno.

El año 1995 resultó económicamente muy difícil para el país, luego de que a finales de 1994 ocupara la presidencia de México, Ernesto Zedillo. Se enfrentó una de las peores crisis económicas en la historia de México, la inflación media en el año 1995 fue de 34.77%;  asimismo, las afectaciones incluyeron la devaluación ocurrida el último mes de 1994 y la caída del valor internacional del peso hasta fines de 1995 superó el 110 %, del cual la mayor parte (90 %) tuvo lugar entre diciembre de 1994 y marzo de 1995.

En estas condiciones, el presupuesto asignado por el gobierno federal a la UAQ en 1995 y en 1996 no tuvo aumento significativo nominalmente y hablando a pesos constantes, se vio disminuido. Evidentemente, lo ocurrido se resintió desfavorablemente en toda la administración pública y en la actividad privada en México.

Los proyectos de infraestructura se vieron afectados, porque los presupuestos autorizados en cierta fecha para la adquisición de bienes, como equipo e instrumentos de laboratorios, por ejemplo, tiempo después no era posible completarlos por el aumento de precios. (Continuará)

Ex Rector de la UAQ 
zepeda@uaq.mx 
jalfredozg@yahoo.com.mx

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