Embarcarse y navegar es una manera de escribir nuevas aventuras sobre el agua. Puedes descubrir la armonía de un mar en calma o sucumbir al encanto de las olas que te seducen o sin pensarlo, caer sin protección hasta el centro del miedo de la tormenta que con relámpagos y rayos, hace más profunda la oscuridad de nuestra realidad.

Claro que hay otros momentos en los que  vivimos con la candidez de aquel atardecer de sol dorado, que  nos lleva a recordar momentos plenos de paz y felicidad, simplemente como si camináramos esa misma tarde sobre la suave arena de las playas nuestras, que tanto se valoran en el mundo.

Hay otras veces que prefiero aquellos viejos horizontes que soñé cuando aún no conocía el mar y me imaginaba, en vez del sol, la belleza de un volcán nevado, con apenas una breve fumarola como promesa de lo que vendría en el futuro y cubierto de nubes para controlar sus propias consecuencias.

Hoy estoy cierto que el tiempo se encarga de concretar realidades, así como pude capturar con la cámara el sueño del viejo horizonte, ojalá y sea realidad el sueño de muchos, de mantener la calidad de vida en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

Viejos horizontes
Viejos horizontes

Twitter: @GerardoProal

Google News