Sabemos que, en Querétaro, sólo el 2% de la población está afiliada a algún partido político, lo que, a mi juicio, no sólo en el estado, sino a nivel nacional, aquellos partidos políticos que antes fueron “fuertes”, se encuentran en plena decadencia y principalmente la juventud mexicana no tiene ningún interés en los partidos políticos, salvo excepciones.
Al compartir mis experiencias buenas y malas al pasar por el PRI, PAN y fundar Convergencia (desaparecida) omito nombres, no por respeto a las personas con las que conviví, sino por respeto a mí, porque pocas me merecen mi reconocimiento y amistad; además de que algunos ya iniciaron el viaje sin retorno y no pueden replicarme. Por el contrario, aquellos que se han enriquecido con recurso públicos y aún hoy en día pululan como “ajonjolí te todos los moles”, temen por su ignorancia supina, pasar a la parte inútil de la historia y por eso “jalan” tiempos de antaño para cubrir con ellos, sus vidas mediocres, oscuras y su negra conciencias “públicas y notorias”, conocidas y calladas por la gran mayoría; ya no digamos su ausencia de valores, dudosa moral, doble vida, su hipocresía y riquezas, negocios, cárteles inmobiliarios y transacciones alejados del Estado de Derecho.

Un familiar me recomendó, a mediados de noviembre de 1970, entrevistarme con su amigo cercano, don Alfonso Martínez Domínguez, por aquel entonces, presidente nacional del PRI, para afiliarme al partido, con el “consejo de que, algún día me iba a ser de utilidad”; obtuve la credencial, la guardé, hasta mayo de 1979 en que llegamos a Querétaro. Años después, un conocido me invitó a afiliarme al PRI estatal y lo hice. Fundé “Cambio XXI Fundación Mexicana A. C”. he impartí algunas pláticas. Salvo algunos compañeros cuya amistad conservo y los reconozco por su trabajo, seriedad y profesionalismo en su actuar político; es decir, el ratón busca al ratón y el águila busca al águila, todos los presidentes Estales del PRI, me parecieron mediocres y deshonestos, pues se apoyaron en el puesto y tráfico de influencias, para hacerse de un buen patrimonio; o, ¿Usted conoce un ex presidente del PRI que sea pobre? Por el magnicidio de mi amigo Luís Donaldo Colosio renuncié al PRI; pues tiempo atrás había y ha olvidado sus principios, objetivos y horizontes que justificaron su razón e ideales de existir y esto a nivel nacional, es un partido agotado que nos dejó muchas cosas buenas, pero su tiempo ya pasó. (Continuará)

Especialista en Derecho del Trabajo, 
Certificado por el Notariado de la Unión Europea. 
lopezaso@outlook.com

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