Según los analistas del Bank of America/Merryl Lynch, la próxima década girará hacia lo femenino. ¿Qué quiere decir esto? Que las mujeres van a encabezar las instituciones financieras más importantes.

Buuu. Y uno que creía que se referían a las mujeres, no solo a algunas de los países ricos que ocuparán cargos, sino a que el mundo entero empezaría a entender las cosas, a organizarlas y hacerlas con una perspectiva de género. Pero no es así.

A esos analistas no les interesa esa perspectiva ni otras: de mejor distribución de la riqueza, de cuidado del medio ambiente, de generación de empleos adecuadamente pagados, de aceptación de la inmigración.

Entonces nos damos cuenta de que con todo y que nos gusta imaginar que con cambios de números cambian las realidades, eso no sucede. Ni el año ni la década que empiezan tienen por qué ser diferentes de los anteriores si no se sentaron las bases para que lo fueran. Pongo un ejemplo: se supone que hace un año cambió el régimen en México, que se acabaron el neoliberalismo, la corrupción y el dispendio.

Sin embargo, diputados de Morena, PT, PES y Partido Verde decidieron unirse en un movimiento cuyo objetivo es “formar y capacitar personas para combatir el sistema económico neoliberal”. Se trata, “de buscar un modelo económico justo, garantizar los derechos de los trabajadores y combatir la corrupción”.

Problema número uno: ¿no se supone que desde que entramos en la 4T el neoliberalismo quedó atrás y ya se hace todo lo demás que dicen? Problema número dos: no tienen la menor idea de lo que quiere decir neoliberalismo. Problema número tres: revuelven cosas que no tienen que ver entre sí.

Según Julio Hubard, después de la caída del muro de Berlin quedaron en pie dos caminos: lo que se llamaba la tercera vía (ni capitalismo ni comunismo) y lo que se consideraba la izquierda humanista: “De los socialismos quedaron dos distintas familias, los liberales que participaban de las formas democráticas y los antiliberales que se identificaban con voluntades revolucionarias y detestaban el liberalismo como si fuera enfermedad vergonzosa”. De ellos surgieron los que se llaman neoliberales, considerados “malditos”, porque como explica José Blanco, acabaron con el estado benefactor y le dejaron todo al mercado, por lo que construyeron un orden social con unos cuantos ganadores y muchos perdedores .

¿Cómo se explica entonces que esos diputados que son los que supuestamente están del lado correcto de la historia, se hayan aumentado 50% de sueldo, de 140,000 pesos a 210 mil al mes libres de impuestos y se hayan asignado 328,000 pesos de aguinaldo? ¡Así yo también estaría en contra del neoliberalismo!

Pero además, el neoliberalismo no es responsable de algunas de las cosas que los diputados le atribuyen, como es la corrupción. Esa existía en México desde mucho antes, desde la época colonial para ser exactos, pero se hizo grandota con la Revolución y muy grandotota desde entonces. Pero, la corrupción no es solamente robar dinero y traficar influencias, sino también otras cositas, entre ellas, cobrar esas cantidades por acudir solo tres días de la semana a su chamba, para estar en sesiones que promedian 4 horas y media, en dos periodos ordinarios, y para muchos, jamás proponer iniciativa alguna y solo calentar la silla y levantar la mano.

Y es que la presente legislatura es la que cuenta con el mayor porcentaje de legisladores inexpertos en más de dos décadas y con un gran porcentaje de faltistas. ¡Así yo también estaría en contra de la corrupción!

O sea: que hablar es fácil, repetir lugares comunes es fácil, decir lo políticamente correcto es fácil. Pero asumir las consecuencias, eso es otra cosa. Así que volviendo al principio: los cambios que vendrán nos serán impuestos por legisladores que predican con los bueyes de mi compadre y no con sus acciones.

Escritora e investigadora en la UNAM. sarasef@prodigy.net.mx

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