Mientras Canadá ha legalizado el uso recreativo de la marihuana a nivel nacional y mientras en Estados Unidos hay 31 estados y el Distrito de Columbia con marihuana legal con fines medicinales y otros 9 estados en donde ésta ya es legal con fines recreativos, en México seguimos tercos con la política prohibicionista.

Nos va a pasar como con la reforma energética, que para cuando decidimos abrir nuestra economía a la inversión extranjera el mercado más grande y vecino nuestro, Estados Unidos, ya nos había rebasado por la derecha gracias al shale oil y gas. Parece que estamos encaminados a cometer el mismo error en el mercado de la marihuana. También vamos a llegar tarde.

Hace tan solo cinco años tener un negocio de cannabis en Estados Unidos estaba muy mal visto. No había muchos bancos que quisieran prestar a empresas que quisieran empezar un negocio asociado a la marihuana; tampoco había muchos que quisieran invertir en ellos ni transportarla para los pocos emprendedores que decidieron aventurarse en este negocio.

Hoy hay dinero creciente en este mercado, tanto en Estados Unidos como en Canadá. Ya no estamos hablando de empresitas metiéndole poco dinero al tema. Coca Cola ha anunciado que explora invertir en una bebida que contenga cannabis. Constellation Brands, dueños de la otrora cerveza mexicana Corona, va a invertir 4 mil millones de dólares en una empresa de cannabis canadiense.

Y está el caso de Tilray, una empresa de marihuana medicinal canadiense que ahora es socia de la gran farmacéutica Novartis, para mejores señas de cómo está cambiando el mercado de la cannabis dejando la estigmatización atrás. Tilray comenzó a cotizar en el índice Nasdaq en julio pasado a un precio de 17 dólares la acción. Hoy vale 115. Esto porque acaba de obtener un permiso de la FDA (US Food and Drug Administration) y de la DEA (Drug Enforcement Administration) para importar cannabis de Canadá a Estados Unidos. Tilray vale actualmente 12 mil millones de dólares.

Esta semana ha estado en México el doctor Ernesto Zedillo y, después de una década de estudiar el tema y de preparar un documento junto con expertos en la materia, como Catalina Pérez Correa y Alejandro Madrazo, llegó a la conclusión de que se equivocó cuando fue presidente de México al seguir una política prohibicionista.

La prohibición nos cuesta mucho dinero y muchas vidas. Todo a cambio de generar recursos para quienes comercian ilegalmente con las drogas. Tan solo el mercado de la marihuana está valuado entre 150 a 200 mil millones de dólares. Está bolsa de dinero la mueve el mercado ilícito en su mayoría.

Lo que propone el doctor Zedillo no es claudicar a través de la despenalización. La propuesta es regular el mercado de tal forma que se impida que las drogas lleguen a menores de edad y asegurar que el dinero no fluya a operadores ilícitos en el mercado.

Canadá ya lo está haciendo y en octubre 17 entra en vigor formalmente. Estados Unidos sigue esta tendencia. Utah, el estado conocido por su población mormona, votará en noviembre por permitir el uso medicinal. ¿Y México? ¿Vamos a seguir solo mirando como nuestros vecinos se hacen ricos con este mercado y tienen sociedades que dejan atrás los costos de la prohibición, mientras nosotros seguimos empecinados en una política que a todas luces es equivocada?

Regular no implica admitir una derrota ni condonar el uso de las drogas.


@AnaPOrdorica

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