“Dicen que cuando un niño cierra los ojos al mundo un nuevo ángel nace en el cielo, que cuando sus manos se cierran en la tierra, dos alas se despliegan en la eternidad”, es la frase que nos recibe al abrir el portal Change.org, que más de 96 mil personas han firmado para exigir justicia para Leo, el niño de 13 años que falleció luego de ser succionado por el sistema de filtración de una atracción en el parque Xenses, perteneciente a Grupo Xcaret, ubicado en Quintana Roo.

Las inconsistencias son más que evidentes, pues como primer punto el incidente, que ocurrió el pasado 27 de marzo, se dio a conocer hasta el 31, cuando fue denunciado en redes sociales por el padre del menor, Miguel Luna, no por parte de las autoridades de manera oficial como regularmente lo hacen (en algunos casos),  y mucho menos por parte del personal del parque, pues como verán, al distinguido sitio no le conviene tener esa oscura mancha en su mencionada historia de 30 años aparentemente sin accidentes, y peor en esta temporada en que miles llegan de visita.

Entre las cosas que menciona el padre del menor es que le condicionaron la entrega del cuerpo de su hijo, obligándolo a firmar un perdón legal para el parque Xenses, además de que ni el parque ni la ambulancia que llegó en el momento contaban con equipo para poder ayudarlo.

Yo no sé ustedes, para mi gusto tendrían que haber clausurado todo el parque, algo que trascendió originalmente; sin embargo, “quién sabe qué influencias habrán trabajado”, pues extraoficialmente se sabe que, tras dialogar con personal del lugar, acordaron únicamente cerrar el acceso a esa atracción en particular, “Riolajante”, con el argumento de que el error humano que provocó la tragedia y que privó de la vida al menor, se cometió específicamente ahí. ¿Ustedes qué opinan? En mi muy particular punto de vista creo que cuando sucede algo así entre los “mortales”, clausuran sin pedir opinión de nadie, o acaso, ¿existe posibilidad de negociación? Por otro lado, el Dr. Miguel Ángel Luna, en entrevista con medios de Quintana Roo, asegura que tuvo conocimiento de que “el orificio por el que fue succionado su hijo estaba abierto desde octubre, y que no le habían puesto la rejilla, además de que hubo incidentes previos pero no fatales, y que por eso, no habian actuado”.

Por su parte, la Fiscalía General del Estado dio a conocer que el pasado 28 de marzo recibió un reporte de un hospital privado que informó de la muerte del adolescente, por lo que desde esa fecha se abrió una carpeta de investigación por el crimen, además de que se transportó el cuerpo al Servicio Médico Forense para practicarle la necropsia y determinar las causas de la muerte. No obstante, afirmaron que no fue posible ya que el padre otorgó el perdón legal al parque. Por otro lado, personal de Grupo Xcaret señaló que el río donde ocurrió el accidente es una atracción que opera de manera habitual y “no representa ningún riesgo para los visitantes. Sin embargo, un error humano ocasionó la falla que condujo al accidente”.

Las preguntas aún estan en el aire: ¿Por qué no clausuraron todo el parque?, ¿por qué obligaron a otorgar un perdón legal?, ¿cuál fue la razón por la que no dejaron trasladar al menor a un hospital mejor equipado?, y ¿por qué el parque no cuenta con equipo de reanimación?

Lo cierto es que nadie merece pasar una situación así, y nadie en absoluto está preparado para que sus vacaciones se conviertan en una real película de terror.

*Periodista y conductora
Premio Nacional de Locución otorgado por la ANLM
Twitter @NatividadSanche
Facebook.com/NatividadSánchezB

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