En México existe una variedad muy interesante de subsistemas de Instituciones de Educación Superior (IES), desde aquellas grandes y emblemáticas instituciones nacionales como la UNAM o el IPN; las Universidades estatales, tradicionalmente autónomas; los Institutos Tecnológicos pertenecientes al hoy Tecnológico Nacional de México; las Universidades Tecnológica y las Universidades Politécnicas, por solo mencionar algunas más representativas. Todas ellas con funciones sustantivas, modelos educativos y de gobernanza específicos y probados.
La UNAQ es también producto del análisis de modelos institucionales existentes en nuestro país, en donde la flexibilidad educativa, capacidad de respuesta ante las demandas de un sector específico y la agilidad administrativa y organizacional se han puesto a prueba en muchas ocasiones.
La pertinencia por ejemplo, es una de los atributos del modelo educativo, la formación basada en competencias es otro de los atributos, extraídos ambos, del modelo del Subsistema de Universidades Tecnológicas y Politécnicas (CGUTYP); la agilidad administrativa para implementar programas de formación técnica con las características y especificaciones técnicas, que demandaron la habilitación de instalaciones industriales, la utilización de equipo, herramientas y materiales grado aeronáutico es una característica algo atípica en el ámbito público de las IES de nuestro país; la estrecha relación con organismos, gobiernos, instituciones y empresas nacionales o extranjeros, traducido como estrecha vinculación, es una característica sumamente valorada hoy en día en el gremio universitario, y sumamente necesaria para lograr la pertinencia de los programas educativos; la evaluación y planeación estratégica, así como la administración institucional utilizando sistemas de gestión de la calidad son características sin las que no se percibe una institución educativa hoy en día.
A lo largo de su historía la UNAQ ha buscado implementar aquellas mejores prácticas que busquen distinguirla en el universo de las instituciones de educación superior públicas y privadas de México, no por el hecho de solo hacerla diferente, sino por la intención de mantenerla cumpliendo el objeto para el cual fue creada: apoyar el desarrollo del sector aeronáutico nacional.
En este esfuerzo, muchos paradigmas han tenido que superarse, para que desde el ámbito de la educación superior pública se hayan podido desarrollar programas de formación técnicas, programas universitarios de TSU e Ingeniería, o incluso maestría para formar a los profesionales e investigadores que el sector demanda con una velocidad, versatilidad y pertinencia que han contribuido, entre otras cosas, a que Querétaro se haya convertido en los últimos años en el 4o destino de inversión aeronáutica del mundo.
Pero el modelo pertinente, estrechamente vinculado, con infraestructura lo mas cercana a la realidad de un sector, aún sigue bajo prueba. En los modelos de evaluación de la calidad educativa de nuestro país, un programa educativo de buena calidad debe exhibir mucho más que equipamiento e instalaciones, debe involucrar procesos de mejoramiento de la capacidad docente, de atención y acompañamiento de los estudiantes, y sobre todo el compromiso fehaciente de toda la comunidad universitaria, no solo de su planta docente. Es un camino que la UNAQ ha emprendido desde hace un par de años.
Prueba del interés que ha despertado el modelo de esta institución, es que organizaciones educativas de países como El Salvador, Costa Rica, República Dominicana, Colombia, Malasia, Tailandia, Canadá, Estados Unidos y Francia, han participado en misiones académicas o diplomáticas en las que se busca entender y emular, con las adaptaciones pertinentes en sus regiones, el modelo de la UNAQ.
Aún falta mucho por hacer, pero ya en vuelo ha quedado claro que el comportamiento de la aeronave ha sido más enriquecedor que aquel que se identificó en 2005, cuando la Universidad Aeronáutica en Querétaro, apenas era un concepto. Continuará...