“La muerte es dulce, pero su
antesala cruel”

Camilo José Cela. 

Hace unos días, el presidente López presumía sobre la estrategia contra el coronavirus aplicada en el país, aunque el mundo está frente a un desastre, el presidente ya canta resultados y se adorna: “tenemos la segunda tasa de contagio más baja en el mundo, después de la India.”, dijo antes de reiterar que los proyectos más caros y más absurdos de su administración, como la refinería o el aeropuerto, continuarán pese a la mayor crisis económica que ha enfrentado el mundo en los últimos tiempos, después cucó a sus adversarios y echó culpas al pasado, lo de siempre.

El presidente tiene datos de la Secretaría de Salud que, por desgracia, no son los más fiables en comparación con el mundo. México se rehúsa a publicar el número de pruebas aplicadas, sin embargo si tomamos en cuenta la cantidad de muertos, casos positivos, casos negativos y casos sospechosos, apenas se rebasarían las 11 mil pruebas.

Compare esa cifra frente al millón doscientas mil que ya se han aplicado en los Estados Unidos, el medio millón de Italia o las cuatrocientas mil de Corea del Sur, para colmo las denuncias por diagnósticos de neumonía atípica, influenza o tuberculosis suben día tras día y las muertes que se reportan en los medios, como los casos de Baja California y Zacatecas, terminan por estar ausentes en las conferencias oficiales.

Al momento de escribir estas líneas, Ecuador reporta 2,748 casos confirmados de Covid-19 y unos 93 muertos, sin embargo la realidad parece que tiene “otros datos”.

Ecuador es uno de los países con mayores índices de pobreza en Latinoamérica, una gran cantidad de personas viven en situación de pobreza extrema y en la indigencia, desde hace unos días los hospitales se desbordaron, cientos de personas esperan infructuosamente por una cita médica con la ilusión de paliar un poco su dolor y los muertos se acumulan por cientos.

En las redes, circulan videos que han sido retomados por medios de comunicación en el mundo en donde podemos ver un infierno vuelto realidad: cadáveres en la calle, cuerpos que son quemados en plena luz del día como en la peste negra, gente que reclama a policías por el abandono de los restos humanos, personas que viven con sus seres queridos fallecidos y ruegan que alguien los recoja, que se los lleve.

Guayaquil, con sus 2.2 millones de habitantes, parece ser el punto más grave del problema, su alcaldesa, Cynthia Viteri, en cuarentena, informa del arribo de cuatro grandes contenedores refrigerados para poder depositar los cuerpos de personas que han perdido la vida… Y faltarán muchos más.

Tenemos una situación muy diferente a la del Ecuador, pero también muy diferente a la de Italia o España. Ojalá que nuestro espejo sea más bondadoso, porque las mentiras pueden quemarse en la realidad de los infiernos.

De Colofón.- La industria restaurantera compra 100 mil millones de pesos de insumos a empresas y productores nacionales en un año, pero en 2020 no será así. Urge apoyo, de verdad, no gansitos.

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