Durante los dos últimos años, he tenido la inigualable oportunidad de representar y servir, con mucho orgullo y compromiso, a la gente de Querétaro en el Senado de la República.
Ahí, junto a mis compañeros de la bancada de Morena, coordinados y motivados por el trabajo del senador Ricardo Monreal, y de los representantes de otras fuerzas políticas afines a la Cuarta Transformación de la vida pública nacional, logramos estructurar los cimientos de lo que ya constituye el cambio verdadero que todo México merece.

Sin duda, eso ha sido posible, en principio, gracias a la guía del presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, quien ha marcado el camino y comandado el avance, inexorable, de la reconversión más profunda y significativa que ha vivido nuestro país y a la que, indudablemente, deben sumarse los estados como Querétaro, gobernados aún, localmente, por quienes se niegan a entender que el tiempo de cambio real ha llegado.

Por eso, en atención y respeto al llamado ético que el propio Presidente de México nos ha hecho para que, quienes aspiramos legítimamente a buscar un cargo de elección popular en el proceso electoral del próximo año, no lo hagamos con las ventajas institucionales que otorgan los cargos públicos, este martes 4 de noviembre me he separado de mi encomienda como senador.

Dicha separación a la posición honorable y comprometida de legislador federal, la he meditado y realizado con la firme convicción e intención de seguir trabajando arduamente para lograr que Querétaro, mi estado, el estado de mis padres, mis hijos, mis amistades y demás seres queridos, se integre lo antes posible al proceso transformador que hoy representa más bienestar y oportunidades para una amplia mayoría de mexicanas y mexicanos.

Estoy plenamente convencido de que las nuevas generaciones, presentes y futuras, de queretanas y queretanos, deberán crecer en un estado en el que sean atendidas puntualmente sus necesidades, en donde tengan asegurado un porvenir con educación, con seguridad, con bienestar y, sobre todo, en donde la corrupción que ha marcado negativamente la actividad pública y política de quienes debieron trabajar para todos en el gobierno estatal, se haya erradicado definitivamente y sea solamente una página negra en nuestra historia.

Hoy, una tercera parte de la población queretana se encuentra sumida en la pobreza y un porcentaje mucho mayor ve, con decepción, vergüenza y franco rechazo, a las autoridades estatales hacer “cuentas alegres” y presentar una realidad ficticia, un invento en el que sólo ellos asumen datos maquillados y escenarios inventados, como dignos de posturas triunfalistas de las que la ciudadanía está harta.

Para que nunca más volvamos a sufrir este tipo de cosas, vamos a seguir trabajando, vamos a seguir acompañando a la gente más vulnerable, a los “olvidados” durante décadas por las instancias oficiales de un estado que es suyo, que es nuestro y, por el contrario, no es, como lo quisieron ver los gobernantes locales,  un patrimonio privado del cual hacer uso y abuso.

Sin duda, la labor que hemos hecho desde el Senado de la República y la labor de una vida de trabajo y dedicación en beneficio de la gente, son grandes cimientos para enfrentar lo que sigue, un camino que, seguramente, no estará exento de retos y obstáculos pero que sé perfectamente que, de la mano de las y los queretanos, vamos a caminar confiados en lograr todos los objetivos.

Estoy convencido de que manteniendo la cercanía, la comunicación y, sobre todo, la confianza mutua en lo que podemos lograr juntos, no habrá meta que no podamos alcanzar, ni reto que no superemos.

Hoy vuelvo a la actividad ciudadana, pleno, emocionado, convencido y enfocado en lo que sigue, en el futuro que ya llegó para México y en el que Querétaro debe ser parte esencial, como lo ha sido históricamente, aún a costa de quienes durante tres décadas han optado por actuar en su contra.

Ha sido un honor servirles, amigas y amigos, ahora aspiro a ganarme su plena confianza para luchar por y con ustedes, y poner nuevamente en sus manos el futuro de sus familias, que les ha sido arrebatado.

Google News