De verdad que en la política no hay nada escrito. Para ello, basta revisar lo sucedido en Coahuila e Hidalgo el pasado domingo, donde contrario a todos los pronósticos, el PRI obtuvo un triunfo indiscutible.

Ello es un claro ejemplo de que en la política nunca puedes dar a nadie por muerto, y mucho menos a una fuerza política con tanto vigor, tanta fuerza e historia como el Partido Revolucionario Institucional.

En Coahuila los resultados fueron avasalladores, 16 de los distritos electorales disputados fueron obtenidos, con lo que se tendrá mayoría en el Congreso.  En Hidalgo, y no obstante la caída del PREP, así como las quejas  de los malos perdedores, el partido obtuvo una mayoría abrumadora, 34 alcaldías fueron conseguidas con municipios clave como la capital, Pachuca.

Ello demuestra que el PRI está mas vivo y fuerte que nunca, que sus aspiraciones a renacer no sólo son buenos deseos o especulaciones, sino que están respaldadas en el apoyo popular y los sectores sociales, y que si bien, después de las elecciones de 2018, muchos lo daban por “muerto”, la realidad es que ello no puede ser un juicio más equivocado, pues en cada rincón del país hay un ciudadano que se identifica con nuestro partido y sus ideales.

Como se pensaba, el efecto “Morena” está pasando de moda y, principalmente, porque carece de base y estructura, su única fuerza de cohesión es la figura del presidente y, como bien dicen, el poder desgasta al más pulcro de los políticos.

Algo que no podemos negar, es que la curva de aprendizaje como partido de oposición no ha sido fácil, pues desde sus orígenes, el PRI se distinguió por estar en el cobijo de las instituciones; ahora ha evolucionado para convertirse en una opción viable frente a las ocurrencias del gobierno, una oposición responsable que no se queda callada, que revisa, analiza, propone y critica aquello que no es funcional; pero que sobre todo, ha entendido que debe trabajar para y en beneficio de la gente.

¿A qué se debe esto?

En una parte, al desencanto de miles de ciudadanos que se han dado cuenta de los espejismos que les ofrecieron en 2018, pero sobre todo, al trabajo de campo que se ha ejecutado en los últimos años, recorriendo las calles, los pueblos, las comunidades, en un actitud de cercanía y apoyo con la gente.

Es en ese contexto la suscrita llevo a cabo mi segundo informe de labores, consciente que para recuperar la confianza de la gente no se requieren anuncios espectaculares o invasión mediática; lo que cuenta es acercarse a la población, escuchar sus necesidades y buscar soluciones.

En este vaivén de la política, donde unos ganan, otros pierden, y unos pocos resurgen, la confianza de la ciudadanía se debe ganar palmo a palmo. En estos momentos de crisis, y no me refiero solo a la económica sino a la democrática, es vital brindar opciones de mejora a los ciudadanos, cuestión que el PRI está efectuando.

Así, los triunfos en Hidalgo y Coahuila son un pequeño ejemplo de lo que el PRI está preparando, ¿será esto un augurio para el 2021? Puede ser…

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