¿Quién no siente nostalgia cuando escucha el viejo tango “Volver”? Parodiándolo, decíamos: que a 20 meses no es nada. Es más o menos el periodo en que se decidirán los nombres de los candidatos a gobernador por el estado; esto es, en noviembre del 2014.

En otras entregas hemos señalando que durante los últimos cuatro años, el partido en el poder, el Revolucionario Institucional (PRI) ha venido llevándosela “de a muertito”, sin trabajar con sus bases, sus seccionales, sectores y estructura territorial. Tal parece que se han confiado en el exitoso trabajo del gobernador José Calzada Rovirosa, quien sí ha cumplido una gran actividad política que ha permitido gobernabilidad con crecimiento sostenido y poner como ejemplo nacional a Querétaro en seguridad, empleo y economía.

Si el nuevo dirigente tricolor acudiera a tomar una radiografía de cómo recibe su partido, estoy seguro tomará de inmediato acciones para revertir el tiempo perdido en los 18 municipios y trabajará a fondo en los seccionales, en ratificar y en su caso integrar nuevos consejeros porque los actuales se nombraron con muchas deficiencias y al vapor. Baste citar el caso del municipio Pinal de Amoles, en donde nos informaron que los consejeros son los miembros de una sola familia, esposo, mujer, hijos, cuñados. Habría que acudir al Consejo Nacional pues prácticamente le cerraron la puerta a la clase política priísta, a los de experiencia, a los que apoyan siempre.

Si en esa ruta siguieran, ni con el triunfo de Enrique Peña Nieto y el exitoso desempeño de José Calzada, podrán enfrentarse cómodamente a un adversario fuerte, como sería el candidato del Partido Acción Nacional.

Esta es la radiografía que obtuvimos recientemente y que parecen ignorar: un PRI con cuatro años perdidos en su labor de reposicionarse electoralmente, tres dirigencias con poco compromiso y nulo reconocimiento a sus bases, sus seccionales, a sus sectores y liderazgos regionales.

Un PRI que suma expanistas que más tarde darán su verdadero color. Un PRI con un solo aspirante y disminuido a una categoría de Oficialía de partes con poca vinculación real con sectores y que para muchos se ha “empanizado”. Un PRI de puertas cerradas (hay que pedir audiencia para hablar, por ejemplo, con el aún dirigente estatal) y donde sólo se da un referente para una mujer.

Así recibirá Alonso Landeros su partido rumbo al 2015, elecciones de las que entregar buenas cuentas a los priístas, a su gobernador y por supuesto, al Presidente de la República porque si pierden, enfrentarán lo que ya conocen, una fuerza, un poder ya presente por todo el estado (espectaculares, lonas, prensa, reuniones, entrevistas, promociones, atención ciudadana-electoral, promesas, etcétera.) y solamente de uno, ¡del informe del diputado federal Ricardo Anaya!

Querétaro está plagado, pintado, tapizado de puro PAN, a eso le pueden llamar como quieran pero no es una avanzada rumbo al 2015, es una clara declaración de guerra de quienes quieren y pueden volver a gobernar nuestro estado. ¿Y los del PRI? ¿Siguen o seguirán en su única y hasta hoy ruta de unidad con un candidato? ¿Siguen sintiéndose seguros de mantener colorado al estado?

Alonso Landeros -quien tiene afortunadamente reconocimiento de todos los priístas viejos y jóvenes- el tiempo tendrá que aprovecharlo con el acelerador a fondo pero acompañado en algunas secretarias de otras personas que tengan no solo conocimiento sino experiencia probada en el trabajo de campo, de calle, banqueta, de colonia y que no importe si llueve o hace viento pero que trabajen para obtener resultados favorables.

Una de las tareas a las que Alonso Landeros debe apostar es sentar en la mesa a todos los activos tricolores, incluyendo los que siguen en la banca con probada experiencia y reconocimiento. Reagrupar y reconocer activos de Mariano Palacios Alcocer, Fernando Ortiz Arana y de Enrique Burgos García puede ser muy beneficioso. ¡O suman o la pierden!

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