Segunda Parte
Cuando Mariano Palacios Alcocer (1979-1982) tomó posesión como rector de la Universidad Autónoma de Querétaro, tenía en mente dar equilibrio a las funciones sustantivas de la Universidad: docencia, investigación y extensión universitaria.
De inmediato se hicieron los convenios para que empezara a operar el Centro de Estudios Académicos Sobre Contaminación Ambiental (CEACA), adscrito a la Facultad de Química. Ese fue un primer paso para una etapa de fortalecimiento de la investigación, que hasta entonces era muy precaria y tan aislada como el esfuerzo voluntarista de los maestros.
Una característica que condicionó la creación de nuevos centros de investigación era que ésta debía estar asociada a las necesidades del entorno.
Mientras tanto, encargó un proyecto para crear una Dirección de Extensión Universitaria, tomando las experiencias avanzadas de la UNAM y de la Universidad Veracruzana. Como Director de Extensión Académica de la UNAM estaba el Dr. José Narro Robles que, a la postre, sería electo rector en 2007 y relecto para un segundo periodo que terminará en 2015.
Sus consejos fueron de gran utilidad y en 1981 se crea la Dirección de Extensión Universitaria que coordinaría las dependencias y acciones relacionadas con difusión cultural, prensa, radio universidad, publicaciones, servicio social, bibliotecas y deporte universitario. Poco más tarde, la extensión académica se volvió una de las funciones más significativas de esta área.
El año 1981 fue un año clave en la historia de la UAQ. Al tiempo que se le daba a la extensión universitaria un rango sustantivo como función primordial de la casa de estudios, se fueron creando los centros de investigación. Al Centro de Estudios Académicos sobre Contaminación Ambiental le siguieron el Centro de Investigaciones y Estudios Históricos (CIEH-UAQ), el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS-UAQ), el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios (CELL-UAQ) y el Centro de Investigaciones y Estudios Antropológicos. Entre octubre de 1981 y marzo de 1982 se creó la Dirección de los Centros de Investigación.
Palacios Alcocer, en contraste a la tendencia de desaparecer los estudios de preparatoria de las universidades, estaba convencido que una buena base de educación media superior garantizaba la calidad de los estudios profesionales. De esa manera fortaleció la Escuela de Bachilleres plantel Sur que cubrió la demanda creciente en este nivel. La gestión de Mariano Palacios no sólo se limitó a la parte de las tareas sustantivas. Tomó decisiones de gran importancia para la vida futura de la institución al reducir a dos los sindicatos que se habían creado en la época de José Guadalupe Ramírez Álvarez.
De manera consensada y sin levantar reacciones violentas, se dio por concluida la existencia del Sindicato de Personal de Confianza que venía cobrando una fuerza peligrosa en las determinaciones académicas de la UAQ. De ese modo se depuraron las representaciones laborales y se clarificaron las atribuciones de los sindicatos de Personal Académico (SUPAUAQ) y el de Personal Administrativo (STEUAQ).
Mariano Palacios Alcocer dejó la Rectoría en 1982 tras ser designado candidato a senador de la República. En 1985 resultó electo gobernador del estado de Querétaro, cargo que ostentó hasta 1991.
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