A lo largo de dos años y medio de gobierno del Presidente López Obrador, hemos visto 10 informes. Lleva más informes que resultados. Lo lamentable no es el número, sino que esta decena de mensajes políticos no corresponden con la realidad que viven los mexicanos todos los días.

Como ya es costumbre en este tipo de eventos, el titular del Ejecutivo federal hizo mención sobre algunos temas “a modo”. Usó sus propias cifras con la única intención de tergiversar la realidad y generar desinformación entre los mexicanos.

El Presidente se llena de orgullo al decir que “nuestro país no está colocado ni en América, ni en el resto del mundo, en los primeros lugares de mortalidadpor Covid”. Desestimando que somos el cuarto país con más defunciones en todo el mundo, sólo después de EU, Brasil e India. Hizo alarde del “aumento del salario mínimo en un 44%”, pero se le olvidó mencionar que la canasta básicasufrió un incremento del 6.3%. Ha duplicado el número de mexicanos en situación de pobreza. Inició con 9.3 millones de pobres y este año se estima habrá 18.3 millones en situación de pobreza extrema.

Inentendiblemente, pareciera que vive en otro país o en una realidad alterna, ya que señaló que “hay gobernabilidad en nuestro país y en materia de seguridad pública hemos avanzado.” Qué irresponsable decir eso, cuando hemos visto las masacres que se han perpetrado en estos últimos días con la complacencia del Ejecutivo federal. Las cifras oficiales lo demuestran. Del 1 de diciembre de 2018 a mayo de este año, se tienen registradas 86,370 víctimas de homicidio doloso. Y no se debe olvidar que hace unas semanas, se registraron al menos cinco masacres en Zacatecas, Tamaulipas, Tabasco y Guanajuato.

Con la misma arrogancia, afirmó que durante el proceso electoral “no hubo masacres, no se desató la violencia contra ciudadanos inocentes para infundir miedo”. Sin duda, esta declaración no empatiza el dolor de las familias y la preocupación por los 36 candidatos y 102 actores políticos asesinados. También desestimó las más de 1,060 agresiones registradas antes, durante y después de la jornada electoral. México vivió una elección histórica marcada por la violencia. Incluso Michelle Bachelet expresó su preocupación desde la ONU.

Mentir es la costumbre del Presidente López Obrador. Lo hace dolosa y deliberadamente al decir que la oposición quiere eliminar la pensión de los adultos mayores, las becas para jóvenes en situación de vulnerabilidad o la atención médica gratuita. Qué lástima que sus mentiras se digan en cadena nacional. Que le quede claro al Presidente que como Senadora de la República voté a favor del artículo 4to Constitucional. Lo he hecho en la entonces Asamblea Legislativa del DF, en la Cámara de Diputados y en el Senado de la República. No le prestigia al primer mandatario mentir de esa manera.

El Presidente dijo “no aspiro a tener la verdad absoluta”, pero todos los días lo vemos desde su palestra señalar quién es merecedor de su desprecio y quién de su simpatía. Si se está a favor de su régimen, son amigos. Si se critica su mala gestión, son adversarios. Así de “aspiracionista” resultó el titular del Ejecutivo federal.

En un país donde faltan medicamentos para niñas y niños con cáncer, donde hay más de medio millón de muertos por Covid, donde se duplicó el número de mexicanos en extrema pobreza, donde hay masacres y la inseguridad está desbordada, es inverosímil que el primer mandatario utilice “sus propias encuestas” para encubrir su mal gobierno. A este informe le falta autocrítica y le sobran mentiras.

Senadora de la República

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