Hay tesoros que no apreciamos sino hasta que sabemos que no contamos con ellos y su valor, no solo económico. El agua es sin duda el más importante de todos, ya que nos va la vida en el tenerla o no tenerla. Resulta una verdadera ironía que en este planeta que es en su gran mayoría agua, sea algo que llega a escasear en muchas partes de su diversa geografía. La manera como el agua transforma y propicia la diversidad de vida es algo que no debe dejar de sorprendernos jamás. Vivimos en una región donde no gozamos de muchas fuentes de abastecimiento, ni de lluvias permanentes o de una gran infraestructura de almacenamiento. Querétaro es una ciudad, hablo de todos sus habitantes, que debe aprender a administrar con mayor responsabilidad este recurso y a valorarlo en su justa dimensión, sobre todo, si mantenemos un ritmo de crecimiento superior al promedio nacional. Si actuamos con responsabilidad y conciencia colectiva, las nuevas generaciones seguirán disfrutando la oportunidad de vivir en un entorno que ofrezca condiciones favorables para mantener y mejorar la calidad de vida, algo así como esta imagen donde el cactus que observa esta fuente de agua, se debe sentir “muy chipocludo”. *Fotógrafo profesional

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