Como todas las mañanas, ese 17 de julio, su papá la acompañó a la parada del camión. Como todos los días se despidió de ella sin saber que sería la última vez que la vería con vida.

La luz del nuevo día todavía no despejaba la obscuridad de la noche cuando a las 5:30 de la mañana —horario de verano—, Diana Cristina se encontraba en la Avenida de la Luz en la Ciudad de Querétaro esperando su camión para dirigirse hacia su trabajo.

Ese día no llegó a su destino por lo que sus padres iniciaron inmediatamente su búsqueda. Reportaron su desaparición y cuando confirmaron que no se emitiría la alerta Alba, difundieron en redes una ficha realizada por ellos mismos conteniendo sus datos y fotografía solicitando así el apoyo de las y los habitantes de Querétaro para la localización de Diana Cristina.

El 18 de julio, después de que los medios locales difundieron el hallazgo de un cadáver localizado en las inmediaciones del anillo Fray Junípero Serra cerca del Hospital Teletón, la fiscalía estatal envió una tarjeta informativa a través de WhatsApp, indicando: “…sobre el cuerpo recién encontrado la Unidad Especializada de Investigación de Homicidios ha concretado importantes avances para definir una línea de investigación sólida…”

El cuerpo localizado en la tarde de ese miércoles, a poco más de 36 hrs de que Diana había desaparecido, presentaba evidentes huellas de violencia, su rostro estaba desfigurado y su cuerpo semidesnudo se encontraba sólo cubierto por un abrigo negro.

Los padres de la joven de 26 años de edad la identificaron cuando vieron sus manos, ella acababa de decorar sus uñas, eran inconfundibles.

Cuando se le preguntó al fiscal el motivo por el cual no se había activado la Alerta Alba lo que hubiera permitido una búsqueda coordinada con apoyo de los diferentes niveles de gobierno, contestó que consideraron que ella no corría ningún peligro.

Fue violada, brutalmente golpeada hasta morir, su cuerpo presentaba daños de mutilación; fue exhibido y abandonado en un paraje desolado y además fue incomunicada horas antes de su asesinato, todas estas características corresponden al delito de Feminicidio. La Fiscalía General del Estado en la voz del vicefiscal de Investigación y Persecución del Delito, Humberto Pérez González, indicó que no hay elementos para clasificarlo como tal por lo que se inició el proceso por homicidio calificado.

Habría que decirle al vicefiscal que toda muerte de mujer ocurrida con violencia debe ser investigada como probable feminicidio y sólo después de realizar todas las pesquisas con perspectiva de género descartarlo si fuera el caso y reclasificar a homicidio calificado (sentencia de la SCJN caso Mariana Lima) y no al revés como lo están haciendo ellos.

El Sr. Pérez González demuestra desconocimiento sobre este tema cuando además señala que “en principio, yo no creo que haya necesidad de activar la Alerta de Género, …hubo un trabajo con una Comisión que en tiempo y forma realizó un estudio, un análisis y se hicieron unas recomendaciones, se cumplieron con esas recomendaciones y fue que precisamente por eso no se ha emitido la Alerta de Género”

Una de esas recomendaciones Sr. Vicefiscal, es que el funcionariado que atienda casos de violencia hacia las mujeres debe estar preparado y contar con elementos que permitan atender los casos con perspectiva de género, usted está demostrando que carece de esos elementos y por lo tanto esa recomendación se considera incumplida.

La Alerta por Violencia de Género es el instrumento con el que cuenta la sociedad civil organizada para solicitar que se implementen políticas públicas para visibilizar, prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres, lo más importante es que debe dar como resultado la seguridad de la integridad física de las mujeres, es nuestra gran aspiración y demanda. Desde nuestro quehacer diario exigimos:

¡Justicia para Diana Cristina!

Ni una menos!

¡Vivas nos queremos!

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