Me prometí no volver a tocar temas relacionados con la crisis por el Covd19, pero  la verdad es que no me pude resisitir, ya que creo que muchos vivimos una situación similar. Ayer estuve viendo un video de una entrevista que le hicieron por parte de Coparmex a Denisse Pérez, la fundadora de 4ugym quien platicó su experiencia al tener que tomar la decisión de cerrar los gimnasios durante la contingencia, y hace unas semanas anunciar que se renovarían al no abrir los puntos físicos de nuevo. En el video platica un poco lo complicado que fue para ella tomar la decisión y todo lo que la llevo a hacerlo. Ella empezó hace 13 años, trece añoooos, y con menos de 6 meses tuvo que hacer un giro de 360º que estoy segura nunca imagino.

Todo esto me hizo revivir lo que yo viví al principio de la pandemia. Un cambio que se sintió como fracaso, y no fue nada fácil entenderlo y sentirlo diferente. En el mes de marzo me tomó de sorpresa, al igual que al mundo entero, la noticia de que tenía que cerrar mi negocio y la situación era tan confusa que no sabía ni que iba a pasar. Bueno pues los detalles ya todos los conocemos, 5 meses después seguimos en “contingencia” con una epidemia que no cede.

Soy muy agradecida de decir que logré aguantar estos meses, pero de no haber cambiado y haber tomado una decisión crucial realmente no lo hubiera logrado. ¿Qué paso? Está de más decir que las matemáticas no ayudaban, la formula esta fácil de definir: sin ingresos no hay dinero para pagar los gastos. Y un negocio cerrado no tiene ingresos. En resumen eso fue lo que pasó, tuve que tomar la decisión de cerrar una de las sucursales para poder resistir los meses que venían. ¿Qué era lo más complicado? Hacer a un lado el sentimiento y tomar una decisión fríamente. Desgraciadamente el modelo de negocio de la primer sucursal no iba a lograr “vivir” y para reactivarlo iba a tomarnos mucho tiempo.

Como buena empresaria esa primera sucursal tenía todo mi cariño, un sentimiento diferente. Ya saben, como el primer hijo que es quien te enseña muchísimas cosas. El problema es que para la situación que tenía enfrente no podía dejar que la parte emocional pesara más que la racional. Fue una decisión de cambio, la cual no me arrepiento para nada, pero que en ese momento se sintió como un fracaso. ¿Cuántos negocios no se tuvieron que reducir? ¿Cerrar sucursales? ¿Quitar puntos físicos y volverse 100% digital? ¿Reducir el equipo? ¿Dejar oficinas enormes? Tantas y tantas historias y decisiones que seguramente la mayoría lo sentimos igual. Estamos muy acostumbrados a pensar en que si hacemos este tipo de cambios significa en que esta mal, es una derrota, desilusión, y los adjetivos pueden seguir. Pero yo te tengo tres consejos:

1.- No seas duro contigo mism@, los primeros en juzgarnos somos nosotros. Así es de que entiende esto ¡Esta situación no depende de ti! ¡No hiciste nada mal! ¡Todos estamos igual! Unos un poco más estables que otros, pero todos estamos pasando por un momento complicado así es de que se bueno con tus pensamientos y palabras.

2.- Se vale cambiar de estrategia. Varias ocasiones he compartido este consejo; aceptar que tu negocio va a cambiar, va a evolucionar y tu tienes que estar dispuest@ a esto. Déjame decirte que, si este revolcón que nos dieron a todos, no te hizo cambiar o evolucionar, ahí si estas fracasando.

3.- Lo más importante es que dejemos de ver los cambios como fracaso, ¡al contrario! Una modificación en la estrategia nos puede llevar a alcanzar el objetivo más fácil. Imagínate que quieres llegar a San Miguel de Allende, antes de salir hiciste tu recorrido, pero durante el camino te das cuenta que si tomas otra carretera puedes llegar más rápido y segur@ ¿qué decides? ¿El mismo camino o hacer un cambio?

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