Fueron dos largos mensajes los que compartió Andrés Manuel López Obrador el día en que tomó protesta como presidente. El primero en el Congreso ante legisladores e invitados especiales. El segundo en el Zócalo de la Ciudad de México, luego de una ceremonia con los pueblos originarios. Con ambos subió aún más las expectativas que hay sobre su presidencia. Dijo que con él no solo inicia un nuevo gobierno, que se trata un cambio de régimen.

Fue contundente: “La política económica neoliberal ha sido un desastre, una calamidad.” Asumió compromisos que representan enormes gastos. Del salario mínimo dijo que lo aumentará al doble. Al mismo tiempo reiteró que no habrá aumento de impuestos. Incluso anunció que a partir de enero va a disminuir el IVA en la frontera del 16 al 8 por ciento y el ISR al 20 por ciento. Anunció programas sociales con un alto costo. La principal vía para financiar estas acciones será el combate a la corrupción. Aseguró que daría certidumbre y confianza a las inversiones, pero en su segundo mensaje dijo también que recibía un país en quiebra, una frase que difícilmente se traduce en tranquilidad para los mercados bursátiles.

En cuanto a justicia, habló de una política de punto final. Se dijo partidario del perdón y la indulgencia, por lo que anticipó que no va a perseguir a los funcionarios que fueron corruptos, que se va a enfocar en combatir “los delitos del porvenir”. Mencionó también, más de una vez, que nadie estaría por encima de la ley. Supongo entonces que lo que tendríamos que concluir, para que ambos planteamientos convivan, es que nadie estará por encima de la ley salvo quien haya sido corrupto en el pasado.

Aseguró que ya no habrá huachicoleo. Bienvenida la noticia. Faltó únicamente explicar cómo se acabará con este delito. Minucias.

HUERFANITO. Un joven en bicicleta acompañó a López Obrador en una parte del trayecto de su casa al Congreso. Andrés Manuel bajó la ventanilla del coche que habitualmente lo traslada para saludarlo. “Tú no tienes derecho a fallarnos”, le dijo el ciclista. Minutos después fue derribado con todo y bicicleta por un integrante del equipo de seguridad. Eso no fue desde luego responsabilidad del nuevo presidente, pero es una muestra muy simple de que hay cosas que escapan de su control.

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