No habrá TLCAN si Estados Unidos presiona, Canadá no cede y México accede. Tampoco habrá acuerdo bilateral con México porque para ello tendría que haber un nuevo aval del Congreso de EU, que autorizara la negociación del TLCAN, pero la negociación de un acuerdo bilateral con México no fue autorizada. De manera que, si no hay acuerdo con Canadá, las cosas se complican, el Congreso tendrá que autorizar al presidente Trump una negociación con México para un acuerdo de libre comercio bilateral. El tiempo apremia en Washington, primero, porque las elecciones intermedias del Congreso arrancan en septiembre y Trump necesita un triunfo como negociador capaz de lograr lo que se propuso, es decir, un TLCAN que reduzca el déficit comercial de EU. Pero además porque México cambiará de gobierno el 1 de diciembre y se pretende que el acuerdo sea firmado por el actual gobierno de Enrique Peña Nieto que negoció el TLCAN. De no alcanzarse un acuerdo con Canadá y mantenerse la perspectiva de un acuerdo bilateral con México, sería imposible que hubiera firma y ratificación del nuevo tratado antes de entrado el año de 2019.

Es evidente que el nuevo gobierno deberá desarrollar una política industrial que tanto necesita nuestro país, más aún en las actuales circunstancias. El presidente de EU declaró que eliminarían el TLCAN y que el nuevo compromiso con México se llamaría acuerdo de libre comercio entre EU y México. Falso: no hubo tal y aún se espera se reanude la discusión y los acuerdos trilaterales.

Hasta la tarde de este viernes, Canadá y Estados Unidos no han logrado acuerdos para que se reanude la discusión trilateral, por otra parte, tampoco se tiene claro en la información si Canadá está de acuerdo con el resultado de las negociaciones entre México y Estados Unidos, que discutían temas importantes para ambos países y que, se percibe, son también del interés de Canadá, como es lo relativo a la industria automotriz y a la revisión del TLCAN cada 16 años con una primera revisión a los 6 años, lo que sustituiría lo que se llamó la Cláusula Sunset que ponía fin al Tratado a los 5 años. O las restricciones a la exportación de vehículos y los aranceles después de nivel o monto. Hay no pocos temas pendientes que requieren el aval trilateral.

Trump estableció el viernes 31 de agosto como la fecha límite para alcanzar un acuerdo con Canadá y poner fin a la renegociación del TLCAN, pero la perspectiva se oscureció a partir de que México aceptó un acuerdo con EU, lo que sirvió para que la Casa Blanca afirmara que lo que habrá, si Canadá no acepta las propuestas de EU, es un acuerdo bilateral con México. Falso.

Al no tener suficiente información pública de los acuerdos alcanzados, se percibe que nuestro país no tuvo una posición enérgica de que era necesario un acuerdo con Canadá, dado que la negociación del TLCAN es trilateral. Y obviamente un pacto bilateral representaría no sólo un serio retroceso, sino también graves problemas para las cadenas productivas entre los tres países, compañías como General Motors y Ford dependen grandemente de una cadena productiva global. Habría que preguntarse si a México un acuerdo bilateral con Washington no lo colocaría en una situación de mayor vulnerabilidad en futuras negociaciones. Lo que es evidente es que Trump rechaza los acuerdos comerciales multilaterales y busca siempre privilegiar los acuerdos bilaterales.

La discusión de EU con Canadá continúa pero no avanza hasta ahora, mientras es claro que Trump necesita a Canadá y al Congreso para obtener un triunfo en el TLCAN. Los tiempos políticos en EU apremian, los problemas internos y la cercanía de las elecciones imponen presión para lograr acuerdos. Canadá defenderá sus intereses, no cede en relación con productos agrícolas. ¿Qué sucederá si no hace concesiones en relación con productos lácteos, agrícolas y las reglas que gobiernan el cine, los libros y otros medios, así como los mecanismos para arreglar las disputas comerciales entre dos países? El TLCAN necesita a México y a Canadá.

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