El tren rápido que se ha decidido construir para comunicar mejor a las ciudades de México y Querétaro es de gran trascendencia en materia del transporte moderno que debe desarrollar nuestro país y de importancia especial para estas dos primeras ciudades que enlazará, y que en etapas posteriores beneficiará, a otras ciudades como Guadalajara.

El trayecto del tren rápido, en esta primera etapa, será sin escalas, con velocidad máxima de 300 kilómetros por hora y con una velocidad promedio que implicará un viaje de aproximadamente una hora de duración para llegar al destino, con capacidad para 400 pasajeros por recorrido y tendrá la posibilidad de dar servicio a más de 23 mil pasajeros diarios.

Esta obra permitirá la reducción de tráfico en la autopista México-Querétaro y evitará, por tanto, la emisión de 95 mil toneladas de CO2 al disminuir casi 15 mil vehículos de la carretera por día. Resulta evidente le relevancia de un transporte colectivo de esta naturaleza, de indudables beneficios, ante una autopista que hace años se encuentra ya sobre utilizada.

La terminal de pasajeros en la ciudad de Querétaro se pretende construir en un terreno entre las colonias Calesa y el Pedregal, lo cual ha generado inquietudes, principalmente por parte de la población vecina de la zona en que se pretende emplazar.

Una obra del beneficio mayúsculo, como lo es este tren rápido, con la gran inversión considerada, debiera armonizar apropiadamente con el Programa Estatal de Desarrollo Urbano Integral de Querétaro, asegurando la calidad de vida de la población, lo cual resulta fundamental. Este programa fue publicado el 4 de julio de 2012 en el Periódico Oficial del Gobierno del estado de Querétaro La Sombra de Arteaga y contempla un horizonte de planeación que llega al año 2030 y se constituye como una acción estratégica del gobierno que encabeza José Calzada Rovirosa, con criterio de sustentabilidad del crecimiento y con la expectativa de brindar las condiciones y la oportunidad de un mejor futuro para los queretanos. El programa tiene una visión de corto, mediano y largo plazo.

Se ha explicado que el tren rápido busca el enlace directo entre las dos ciudades, pensando directamente en la población que usualmente tiene la necesidad de trasladarse por la autopista México-Querétaro por medio de sus automóviles o en autobuses de pasajeros, es una de las razones de peso que argumenta la SCT, en comparación con la alternativa de colocar la estación en nuestro Aeropuerto Internacional, lo que disminuiría diversas ventajas. Se ha escuchado también la propuesta de que la estación del tren rápido se instale en el municipio de El Marqués, que podría pensarse en un lugar cercano a Saldarriaga, también se ha escuchado sobre otro sitio como Los Alcanfores en nuestra ciudad capital.

Sin lugar a duda la decisión no es sencilla, en una obra de esta naturaleza se deben maximizar los beneficios, que incluyen la satisfacción social y la mejora de la calidad de vida.

Para la población de Querétaro es motivo de beneplácito la construcción de este tren rápido, lo que a la vez genera retos que deben atenderse. Seguramente serán necesarias inversiones para mejorar la infraestructura vial del sitio en que se disponga la estación en Querétaro, con las previsiones y acciones que atemperen o eliminen lo más posible las consecuencias a la población vecina de la estación.

Este tren rápido, en la dinámica del crecimiento de nuestra Zona Metropolitana de Querétaro, será un catalizador adicional a nuestro acelerado desarrollo y deberá administrarse con gran inteligencia, para que se ubique en el contexto de la sustentabilidad de Querétaro. Resulta indispensable la visión medio ambiental y la adecuada movilidad, con claridad de nuestro presente y con visión de futuro.

Procurador del Medio Ambiente

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