En el mes de la lucha contra la Diabetes, les comparto la siguiente revisión sobre el tema.

Atender a una persona que vive con diabetes requiere una visión global de su estado de salud, de sus necesidades como persona, como paciente, como parte de un entorno social e incluso, como parte de una economía, tanto familiar como perteneciente a una organización.  Al verlo de esta manera, podremos atenderlo adecuadamente, y también lograremos que, al comprender mejor sus hábitos y necesidades, podamos adaptar sus diversos tratamientos a su estilo de vida y lograr un mejor apego al mismo.

La Asociación Americana de Diabetes (ADA por sus siglas en inglés), a través de sus guías de manejo del adulto con diabetes, recomienda que la terapia nutricional, es decir, la atención y modificación de los hábitos de alimentación, sea llevado a cabo por un nutriólogo, para que dicha terapia nutricional tenga los elementos necesarios y se logren resultados permanentes.

La terapia nutricional que requiere el paciente con diabetes, ya sea tipo 1 o tipo 2, debe basarse en una detallada entrevista, donde el paciente es el “experto” en el tema: es el que mejor se conoce a sí mismo y nos guiará en los hábitos y costumbres que hay que atender o modificar para alcanzar las metas de salud propuestas.

A través de esta entrevista debemos  identificar los elementos nocivos en su alimentación: horarios, tipo de alimentos, modo de preparación de los mismos, porciones, gustos, frecuencia de consumo; es decir, conocer plenamente el consumo diario del paciente para poder incidir en los mismos de la manera más adecuada.

En el plan de alimentación que se elaborará para cada paciente, especialmente en aquellos que manejan la insulina como tratamiento base, debe considerarse el capacitarle en el conteo de hidratos de carbono, con el cual será más fácil que se logre un control adecuado de la glucemia pre y postprandial, y también permitirá a cada individuo el autocontrol y el automonitoreo adecuado, logrando así que el paciente, al tener un manejo óptimo de su alimentación, insulina y niveles de glucemia, sea más independiente.

En ENSANUT 2012 se obtuvieron datos estadísticos alarmantes de sobrepeso y obesidad, teniendo los aumentos de prevalencia más rápidos registrados en el mundo; y ambas condiciones son factores de riesgo para el desarrollar diabetes tipo 2.  Es por ello que las Guías ADA recomiendan la reducción de peso gradual y permanente en el paciente con diabetes que además padece sobrepeso u obesidad; para así mejorar su control glucémico y retrasar la aparición de  complicaciones como  la pérdida de la agudeza visual, disminución de la función renal y alteración sensorial en extremidades, entre otras.

El cuidado en la alimentación, la guía de la misma por un nutriólogo, la capacitación para que el paciente pueda seguir el plan de alimentación, la indicación de realizar actividad física cada día, son elementos indispensables en el cuidado de nuestra salud, independientemente de si se padece o no diabetes. Cada día debe ser una conjunción de aciertos y esfuerzos para cuidar nuestra alimentación. 
 
Referencias: 

Mauricio Hernández-Ávila, DSc, Juan Pablo Gutiérrez, PhD,Nancy Reynoso-Noverón, DSc. (2013). Juan Diabetes mellitus en México. El estado de la epidemia. Salud Pública Méx, 55, 129-136. 

American Diabetes Asociation. (January 2015). Nutrition therapy recommendations for the managemen of adults with diabetes. Diabetes Care, 37, S20-S30.

Gutiérrez JP, Rivera-Dommarco J, Shamah-Levy T, Villalpando-Hernández S, Franco A, Cuevas-Nasu L, Romero-Martínez M, Hernández-Ávila M. (2012)  Encuesta Nacional de Salud  y Nutrición 2012. Resultados Nacionales. Cuernavaca, México: Instituto Nacional de Salud Pública. 173-179.

Google News