Todos los presidentes son iguales, aunque juren ser diferentes. Una vez que ejercen el poder, procuran asegurarlo y fortalecerlo, sobre todo para lograr un mayor control. Cada uno con personales características, hay quien comparte el poder, otros no; estos son los más peligrosos (todos lo son), no permiten a sus subordinados ejercer las atribuciones que la ley les concede, para todo deben consultar al presidente en turno o este es quien toma las decisiones. Solo promueven reformas si les son favorables, escasamente para empoderar a la sociedad y, cuando sucede imponen condiciones que les permite el control. Así, el actual presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha dado sobradas muestras de ser un jefe absolutista, autoritario. Sus iniciativas de reformas van encaminadas a fortalecerlo. Cuando rebasa sus atribuciones con acciones metaconstitucionales, no le importa transgredir la ley, sabe que no hay norma que le sea aplicable para sancionarlo, de ahí sus constantes abusos. No renuncia a las atribuciones legales, que les son favorables y las ejerce a plenitud, no pretende modificarlas, igual que anteriores presidentes, no lo promueve. Indudablemente que no lo hace ni lo hará, su poder se vería mermado y no está dispuesto a ello.

Algunas de las facultades a las que me refiero (en específico), son aquellas que le permiten tener el control del Poder Judicial. Decidir quién es ministro de la Corte, así el presidente tiene una clara y abusiva injerencia en las actividades jurisdiccionales, por supuesto, lo niegan sin problema alguno. A la fecha López Obrador ha propuesto 4 ministros para la SCJN, se incorporan al Pleno de 11 ministros. El presidente no cede el enorme poder para que otra instancia lo ejerza. Ha hecho costumbre justificar, sin que se lo pidan, que “no hay línea” para los senadores y elijan a quién deba de ser ¿para qué quieren línea si las propuestas son exclusivas del presidente? Es un absurdo lo dicho por López Obrador. Mediáticamente insiste para que crean en su desinterés ¡totalmente falso! Lo mismo hicieron los “neoliberales” ¿cuál es la diferencia? ¡Ninguna! Otra de las facultades del titular del Ejecutivo, nombrar directamente 2 representantes en el Consejo de la Judicatura. Andrés Manuel López ya lo hizo, hoy en día su injerencia en el manejo presupuestal del Poder Legislativo, le permite el privilegio de tomar decisiones desde la silla presidencial.

Si el presidente controla el nombramiento de los ministros y participa por medio de sus representantes en el Consejo de la Judicatura, sin duda tiene el “discreto, pero efectivo” control del Poder Judicial. Con la presencia de 4 ministros propuestos por López Obrador, ninguna ejecutoria de la Corte que interese al presidente y se relacione con acciones de inconstitucionalidad y controversias constitucionales, pasa sin su aprobación. No perdamos de vista que la Corte también “legisla” imponiendo criterios sobre la interpretación de las leyes por medio de la jurisprudencia. Así controlan los presidentes a los ministros o, rayando en abuso, los acosa como fue el caso de Medina Mora, quien se vio obligado a renunciar al cargo y penden sobre él serias investigaciones. El dinero lo es todo, por eso el presidente se mete a fondo y designa a consejeros de la judicatura, participan en todo lo concerniente a la administración y manejo presupuestario del Poder Judicial. “Invasión constitucional y legal”, aprobadas por la legislación. Andrés Manuel López Obrador, no ha expresado su intención de renunciar al remanente de atribuciones de los “conservadores”.

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