Hemos aprendido que todos los seres vivos nacen, crecen, se reproducen y mueren. Es precisamente la desorganizada reproducción interna lo que nos pone en peligro. Me explico: Los tumores son reproducciones anómalas de células que se han tornado cancerosas; por su parte, la obesidad da origen a cuerpos gigantescos, sedentarios, poco ecológicos y muy enfermos. El corazón no puede bombear suficiente sangre por lo que son propensos a infecciones, llagas y otros problemas serios de salud.

Del mismo modo, las ciudades o megalópolis modernas, se comportan como seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y se vuelven inoperantes. Así como nadie podría pensar que un obeso mórbido es un símbolo de progreso, las ciudades enormes no son más que la contundencia de una política de planeación errada.

Las ciudades, a fin de crecer armónicamente, necesitan contar con varios elementos antes de pensar en expandirse.

El primero es el espacio físico; es absurdo tratar de construir nuevos fraccionamientos en lugares cada vez más alejados, pues provocan la destrucción de áreas verdes naturales, cambios drásticos en los sistemas hídricos, mayor contaminación y caos vial.

Otro punto fundamental es la disponibilidad real del agua. Es imposible que una ciudad crezca si no cuenta con el vital líquido. Querétaro está situado en el semidesierto, y no cuenta con agua suficiente para seguir creciendo. Recordemos que las obras hídricas del sexenio garridista, no solo fueron costosísimas sino improductivas.

Los habitantes de una localidad deben contar, además, con las condiciones dignamente necesarias para su crecimiento integral: seguridad, servicios públicos eficientes, educación, centros de salud, hospitales eficientes, etc.

Pero lo cierto es que el crecimiento sano de Querétaro se ve amenazado por la avaricia de los fraccionadores quienes, en complicidad con los gobernantes, quieren seguir comprando en pesos las tierras a los pobladores originales, para venderlas en miles a sus nuevos clientes. No es extraño que sean precisamente los desarrolladores los que fondean las carreras de los políticos. (Recuerdo a un fraccionador, que me comentaba que en las campañas su compañía tenía dos ventanillas, una para el PAN y otra para el PRI)

Por lo anterior, es necesario contar con personas como Pamela Siurob Carbajal, la máxima defensora de nuestro querido Parque Nacional del Cimatario, ambientalista decidida, conocedora y honesta, quien no ha dudado jamás comprometer su integridad en aras de quedar bien con el poderoso. El gobernador y el titular de la SEDESU han señalado que no se tocará el parque, pero los hechos mueven a la duda.

El Ejido Casa Blanca ha reclamado ya 36 hectáreas del Parque, convenientemente, para la ampliación de la colonia Colinas del Bosque, y aunque el Gobernador, buscando enfriar el tema, ha asegurado que el parque no se tocará, al igual que millones de mexicanos, he aprendido que cuando un funcionario niega algo, la acción es en sí misma, una promesa de que eso sucederá. Ahora, si no van a afectar al parque, ¿por qué removieron a su coordinadora con tanta patanería y vileza?

Estoy cierta que a Tonatiuh Cervantes le molestaba Pamela. Cuando un funcionario es incapaz, le molesta la cercanía de alguien brillante, comprometida y honesta, pues se convierte en un obstáculo para el cumplimiento de los compromisos económicos previamente adquiridos.

Analista política.anargve@yahoo.com.mx

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