La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se está complicando mucho más de lo esperado y los cálculos del gobierno federal, que perfiló terminar las discusiones antes de las elecciones de julio, fallaron. El secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, intentó de todas formas persuadir al representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, para que la modernización del acuerdo concluyera en febrero, cuando se tiene programada la séptima ronda de negociaciones en la Ciudad de México.

El cálculo del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, basado en la supuesta buena relación del canciller Luis Videgaray y el yerno de Donald Trump, Jared Kushner, era concluir exitosamente las negociaciones y colgarse una medalla en vísperas de las elecciones presidenciales. Una buena renegociación del TLCAN apuntaría al candidato del PRI, José Antonio Meade, pensaban en Los Pinos, pero las decisiones de Estados Unidos han dado al traste con todos los planes.

El viernes, en una entrevista publicada por el diario The Wall Street Journal, el presidente de Estados Unidos volvió a madrugar a México —como lo hizo con la pronta aprobación de la reforma fiscal— y adelantó que el TLCAN se terminará de renegociar después de las elecciones en México.

“Entiendo que muchas cosas son difíciles de negociar antes de una elección. (Los mexicanos) tienen elecciones próximas en poco tiempo. Entiendo que eso lo hace un poco difícil para ellos”, dijo Trump.

Lógicamente, el presidente de Estados Unidos prefiere esperar a ver quién se convierte en el nuevo presidente de México para terminar las negociaciones o anunciar su salida del tratado. En el gobierno federal creen que si gana Andrés Manuel López Obrador la ruptura del TLCAN sería inmediata, mientras que con la continuidad del PRI o incluso con un triunfo del precandidato de la coalición encabezada por el PAN, Ricardo Anaya, hay un poco más posibilidades de modernizarlo.

Sin embargo, las posturas encontradas en temas tan importantes para los tres países (Estados Unidos, Canadá y México) como el contenido nacional y regional, los paneles para la solución de controversias y el déficit comercial, han generado la expectativa de que inexorablemente Estados Unidos dejará el TLCAN. No lo dicen abiertamente, incluso, la narrativa del gobierno federal es que confían en que lograrán un buen acuerdo, aunque esa posibilidad —según encuestas internas— es cada vez más remota.

Entre el 23 al 27 de enero, se llevará a cabo la sexta ronda de negociaciones en Montreal, Canadá, en la que se abordarán de nueva cuenta todos los temas y, según el gobierno mexicano, buscarán llegar a acuerdos preliminares en temas ásperos como el de las reglas de origen. No obstante, las declaraciones de Trump al WSJ hacen pensar que poco va a poder avanzarse en estas mesas de trabajo, lo mismo para séptima ronda que se realizará en febrero en la Ciudad de México.

Según la Secretaría de Economía, de 30 capítulos que se están abordando en las mesas de negociación 10 están muy cerca de concluirse.

Aunque el gobierno mexicano quiso mantener al margen de la negociación el proceso electoral mexicano, no lo logró. Trump tampoco va a cobrarle factura saliéndose del acuerdo antes de julio, pues está consciente que sería el tiro de gracia para el candidato del partido en el gobierno, José Antonio Meade, y para la relación México-Estados Unidos que se complicaría más con un presidente como López Obrador.

Estados Unidos, por su parte, celebrará elecciones el 6 de noviembre, en las cuales se renovarán la totalidad de los 435 asientos en la Cámara baja y 33 de 100 escaños en la Cámara Alta. Trump incluso podría esperar a que ocurran dichos comicios para tomar una decisión, o bien tratar de cerrar una acuerdo con México y Canadá que beneficie más a Estados Unidos y así colgarse una medalla que le ayude al partido Republicano.

Frente a la presión que ha ejercido el gobierno estadounidense, México comenzó a dar su brazo a torcer, por ejemplo, en el tema de las reglas de origen. ”Parte de la búsqueda de soluciones nos llevará a explorar esos escenarios. Estados Unidos hizo planteamientos en contenido tanto regional como nacional, lo que ha dicho México es que podemos potencializar el contenido regional de manera sensata, eso nos podría ayudar a fomentar cadenas de valor e incorporar valor producido regionalmente en el sector automotriz”, dijo Guajardo la semana pasada.

No obstante, en el gobierno mexicano piensan que Trump cumplirá su amenaza de salirse del TLCAN si México no cede en pagar el muro. Y como México no va a aceptar eso, el acuerdo se disolverá. En lo que sí habría habido acuerdo es en que sería hasta después de las elecciones de México.

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