Hace unos días el Sr. Presidente López Obrador, a raíz a sus supuestas condiciones de salud y a la naturaleza de su trabajo, señaló contar con un “testamento político” (recordemos que fue sometido a un proceso de cateterismo que el vocero presidencial califico como de “rutina” —lo que es realmente absurdo—).

Ante ello y de manera natural surge la pregunta: ¿en qué consiste su testamento, cuál es su contenido?

La o las respuestas desde  luego que son importantes, sin embargo me parece que hay una serie de preguntas mucho más importantes:

¿Por qué redacta dicho “testamento político”? ¿Por qué nos informa sobre la existencia de dicho testamento? 
Cabe preguntarnos si efectivamente dicho testamento ¿obedece a un acto de responsabilidad como él mismo lo señala o si más bien es un acto de extrema soberbia o quizá una etapa de su estrategia para perpetuarse en el poder ya sea directamente o bien mediante un(a) testaferro?

¿Será una maniobra de victimización para generar simpatías previo a la consulta de revocación de mandato?

¿Será otra “cortina de humo” que busque tapar los múltiples errores recientes de su gobierno —incremento del 56% en el costo de la refinería de Dos Bocas, el nuevo trazo de la ruta del Tren Maya (y que nos costó una fortuna), el crecimiento exponencial de los contagios Covid y la falta de pruebas, el persistente desabasto de medicamentos, etc., etc.—?

¿Será parte de la maniobra para generar simpatías y apoyos a una muy lesiva contrarreforma eléctrica?

La lista de interrogantes es muy, pero muy larga y ello se debe a que desgraciadamente y ante el hábito presidencial de mentir y mentir, buena parte de las y los mexicanos ya no le creemos al Sr. Presidente. Simplemente no nos creemos que el testamento político en comento se deba a un acto de responsabilidad para dar gobernabilidad al país si el Sr. Presidente llegará a faltar.

Ahora suponiendo, reitero solo suponiendo, que el Sr. Presidente tenga razón y que ante su súbita ausencia (cosa que desde luego no deseo)  fuese importante garantizar la gobernabilidad de la nación, me parece que se equivoca si cree que un testamento la va a proporcionar. Me parece que en esta ocasión la soberbia le nubla la razón y no se da cuenta de que la gobernabilidad y la salud democrática del país la da la fortaleza de las instituciones de la República y no “testamento político” alguno.

Fuente de los Deseos: Ojalá el Sr. Presidente se dé cuenta de que la gobernabilidad y la salud democrática del país la da la fortaleza de sus instituciones y no un “testamento político” sin importar de quien sea este.

Comisionado del CECA
@TAMBORRELmx

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