En los últimos días, los institutos electorales nacionales y de la CDMX aprobaron dictámenes de obtención de apoyos correspondientes a quienes aspiran a una candidatura sin partido. Las convocatorias privilegiaron el uso de una aplicación para que auxiliares de los aspirantes consiguieran las firmas de apoyo. Esta tecnología sustituyó el uso de formatos en papel, por lo que conviene aprovechar el momento para ver si el uso de celulares sí fortaleció la participación de los candidatos.

Una primera crítica hacia la app tenía que ver con la facilidad para usarla. Están documentados más de 2 millones de apoyos ciudadanos a través de la aplicación: no hubo temor por parte de la ciudadanía para apoyar por medio de una pantalla táctil.

Derivado de lo anterior, hubo quienes cuestionaron la constitucionalidad de la aplicación. Al respecto, el TEPJF determinó que “lejos de restringir el derecho al voto, la nueva aplicación lo maximiza, siendo un método más efectivo para la protección de los derechos de los aspirantes y de la ciudadanía”.

En tercer término, algunos anticiparon que la aplicación inhibiría las ganas de algunos para participar en la obtención de firmas, pero se tiene registro de alrededor de 400 personas que buscaron cargos federales y 92 que aspiraron a alguno local en la Ciudad de México.

Una cuarta vertiente de críticas anunciaba que sería imposible que lograra la candidatura, dada la difícil combinatoria entre un alto umbral requerido y lo complicado del uso de la aplicación. Están en posibilidad de llegar a la boleta 48 personas a nivel federal y 14 en el plano local de la Ciudad de México.

Pero el mejor efecto de la aplicación es que generó certeza. En el pasado, hubo quienes cuestionaron la obtención de apoyos en papel, puesto que no había evidencia de si el aspirante había visto la credencial para votar de quien lo apoyaba. El uso de tecnologías rompió esa incertidumbre al capturar los datos directamente de la credencial.

Es en ese punto donde la aplicación adquiere mayor legitimidad, pues se lograron documentar casos en los que se recurrió a fotocopias de credenciales para votar o modelos plásticos que simulaban alguna. En total, los aspirantes a una candidatura sin partido habrían presentado alrededor de 9 mil 400 apoyos sustentados en fotocopias y más de 128 mil en una credencial simulada.

Los registros electrónicos que deja la aplicación evitaron engaños que difícilmente se podrían haber encontrado antes. Sin el apoyo de esta herramienta tecnológica, muchas de las irregularidades pudieran haber pasado desapercibidas. Se evitó que llegaran a la boleta quienes no tienen derecho a ello.

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