La conozco desde hace años, su principal característica es su bella sonrisa y la luz de sus expresivos ojos, es bajita y de complexión delgada.  Ella es Licenciada en Derecho y actualmente estudiante de la Licenciatura en Ciencias Políticas.

Nuestra relación ha girado siempre en torno a los asuntos sociales de urgente visibilización, por ejemplo: en la exigencia por la aparición con vida de los 43; en contra de los despidos injustificados de profesoras y profesores por la imposición de la mal llamada Reforma Educativa que en realidad es una Reforma Laboral en contra de los maestros.

Recuerdo que en el Día Internacional de la Mujer o en el día en contra de la violencia hacia las mujeres, nuestra creatividad se ha puesto a prueba puesto que hubo que encontrar novedosas formas de llamar la atención sobre la necesidad de identificar, prevenir y erradicar la violencia hacia las mujeres.  Sobre ese tema, cómo olvidar su acompañamiento solidario aquí en las calles de esta, a veces insensible ciudad, en el caso de un feminicidio ocurrido en la sierra.

Cuando la veía realizar pancartas y portarlas o apoyar en la logística de algún evento nunca me imaginé que el dominio del escenario sería su fortaleza.

Un día me llamó y me invitó a un curso de oratoria, ella lo impartiría y éste se efectuaría en la recién inaugurada sala de juicios orales de la Universidad Autónoma de Querétaro.  Quedé sorprendida cuando la vi dominando el escenario y a los alumnos que le doblaban no la edad pero si la estatura y complexión.

El pasado viernes 2 de marzo muy temprano la noticia de su desaparición me dejaba sin aliento.  Las integrantes de la colectiva Frente Nacional para la Sororidad dieron a conocer que desconocían su paradero indicando que desde el 23 de febrero habían perdido comunicación con ella.

Todo fue tan rápido; la información se hizo viral en redes y el sábado en la noche ya se estaba convocando para una marcha a efectuarse al día siguiente por la exigencia de su búsqueda y aparición con vida.

La Fiscalía del Estado, el Instituto Queretano de las Mujeres y la sociedad en general nos sumamos en un esfuerzo conjunto por localizarla.  La correcta y pronta aplicación del protocolo Alba así como la intervención de las autoridades permitió que en la madrugada del domingo 4 ella pudiera estar con bien y reencontrarse con sus seres queridos.

Todo estaba llevando el curso normal de un proceso complicado y estresante que termina con la localización de la persona que se busca.  Cuando de repente una noticia se hacía viral en redes, se trataba de un video en el que los padres de ella habían sido entrevistados por un periódico local momentos antes de que ella apareciera con bien.  Para mí y para muchos fue impactante escuchar las declaraciones de la madre con el consentimiento tácito del padre descalificando a su propia hija, ventilando además, asuntos familiares privados. Inmediatamente, los cibernautas, los mismos que momentos antes eran los más solidarios, se convirtieron en jueces implacables y se volcaron en comentarios groseros en  contra de la recién localizada y en contra de todas aquellas mujeres que comprometidamente la habíamos buscado.

El peor error de una mujer desaparecida es que ésta aparezca con vida, porque eso significa que se fue de loca, de puta, de irresponsable.

Este caso me confirma que la violencia de género es ejercida por la sociedad en su conjunto.  Esta experiencia me permite afirmar que  la violencia de género hunde sus raíces en la estructura de la sociedad patriarcal y su base es estructural y es ideológica.

De mi amiga, no importa su trayectoria, su compromiso con temas sociales o su brillante carrera académica, lo que importa es que ella no se ajusta al estereotipo que la sociedad espera de ella.

Querida amiga, que la fortaleza sea la luz que guíe tu camino y a todas y todos, que la sororidad  sea el norte que nos lleve como sociedad a entender que hay tres características que nos hacen iguales, somos irrepetibles, únicos y mortales.

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