La sabiduría, nace del dolor más no del sufrimiento.

Actualmente los hombres lanzan comentarios al aire cuando una mujer expresa sus ideas o muestra su fortaleza, tales como: “cómo hacen ruido las mujeres” o “ni que fuera para tanto” o “ahora resulta que todo lo pueden”.

No quiero caer en la confusión de manifestarme como una feminista en contra de los hombres, si no que intento entender el porqué el género masculino siempre puede emanar comentarios de menosprecio hacia la mujer ridiculizándola o haciéndole creer que nunca será suficiente. El machismo sigue presente lo aceptemos o no; o mejor dicho, lo acepten o no.

La mujer ha tenido que gritar más fuerte, que pisar más fuerte y ha tenido que enfrentar durante mucho tiempo ya, el sometimiento que por herencia han adoptado la mayoría de los hombres al no reconocer la fortaleza y valía de la mujer más allá de visualizarla en las labores del hogar. ¡Ya hemos hablado antes de esto!.

Libertad, fortaleza, determinación y emoción son las palabras que bajo mi punto de vista nos definen.

Ser mujer significa haber pretendido, descubriendo que se puede ser; haber caído,para levantarse con fuerza. Detenerse para observar y después elegir. Caminar erguida, aunque ya no aguantes los tacones. Sonreír cuando te han lastimado. Descubrirte después de la tormenta encontrándote mojada, pero reconociéndote. Ser mujer es ser tan fuerte pero tan dócil que te consideren débil.

No hay edad para reconocerte ni tampoco el momento perfecto. Simplemente existe un despertar en cada una a su tiempo y en su espacio.

Soy mujer; sueño, lloro, río, amo, bailo. Tengo cambios de humor, pero eso no significa que esté loca. Me importan las cosas simples, el amor me mueve y me ocupa como fuerza principal. No me gusta ver a la gente sufrir, mucho menos a los niños porque detrás de cada niño veo una madre desgarrada por el sufrimiento de su hijo.

Ahora tomo conciencia de lo que soy y el potencial que tengo, veo diferente, escucho diferente y opino diferente. Me callo cuando no tengo nada bueno que decir, los prejuicios ya dejaron de tener poder para dar paso a la objetividad y estoy segura hacia donde voy y lo que quiero no importando lo que la gente piensa o diga.

Nos transformamos y el proceso duele. Cambia nuestra piel volviéndose más resistente, nuestra mirada sin dejar de ser limpia y transparente, pero ya no tan confiada.

Ser mujer es la cosa más hermosa que me pudo haber pasado y para ellos, cito a Sabines...

“No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que escribe...No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma. No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (ésas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música. No te enamores de una mujer que le interese la política y que sea rebelde y sienta un inmenso horror por las injusticias. Una que no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa,lúdica, lúcida e irreverente. No quieras enamorarte de una mujer así. Porque cuando te enamoras de una mujer como ésa, se quede ella contigo o no, te ame ella o no, de ella, de una mujer así, jamás se regresa...”

Google News