Tratando de ser oportuno, ante los acontecimientos que se han presentado en nuestro país, con relación a los terremotos recientes, y con el propósito de orientar a nuestros lectores sobre las causas de estos fenómenos, se tratará aquí de realizar una síntesis.

Los sismos son la consecuencia del movimiento de las placas tectónicas de la corteza terrestre. Las placas se mueven en diferentes direcciones produciéndose choques entre ellas, deslizamientos, fricción de una contra otra. Al chocar las placas se generan las zona de subducción, lo cual se identifica por dar lugar a las regiones más profundas del suelo oceánico, estas son las fosas oceánicas. Los sismos se producen por la liberación brusca de esfuerzos en la corteza terrestre, por el rompimiento de la roca de que está compuesta la corteza. El esfuerzo se va acumulando gradualmente debido a los movimientos tectónicos.

El terremoto del 19 de septiembre de 1985 ha sido el más mortífero de la historia escrita de México; con epicentro en la costa de Michoacán, provocó graves pérdidas en vidas y daños materiales cuantiosos en la Cd. de México, así como en otras poblaciones del país, las consecuencias directas e indirectas fueron de diversa índole y englobaron un sinfín de aspectos en todo la nación, entre otras cosas, aceleró acciones para revisar los reglamentos de construcción, para mejorar los existentes y se crear los necesarios, tanto en los estados como en los municipios. Este temblor fue de 8.1 en la escala Richter. Los aspectos torales de los reglamentos de construcción se orientaron a las cimentaciones y a las estructuras, así como al diseño sísmico.

La mayor peligrosidad sísmica que registra nuestro país se presenta en los estados de Jalisco, Colima, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, a causa principal de las placas de Rivera, Cocos y del Caribe que chocan con la Norteamericana; asimismo, en el norte de nuestro territorio nacional, en la zona en que en el mapa se forma el vértice de la península de Baja California con Sonora. La peligrosidad sísmica para Querétaro es moderada. Por su parte, la Ciudad de México resulta ser un caso muy especial por su valle formado por depósitos lacustres, en el cual influye significativamente la presencia de un suelo arcilloso blando que favorece la amplificación dinámica de los temblores, esta capa suelo tiene espesor variable de entre 30 y 70 m.

La zona sísmica a que corresponde Querétaro es de escaso peligro, comparativamente con la CDMX. Querétaro tiene un subsuelo generalmente firme; asimismo, el historial sísmico de la ciudad no reporta afectaciones en sus edificaciones.

El primer temblor que se sintió en Querétaro ocurrió el 26 de noviembre de 1887 a las 5:08 am, no se tienen datos de la magnitud ni de daño alguno. Hasta ahora, la ZMQ no ha registrado daños significativos a causa de temblores.

El sismo que aconteció este 19 de septiembre de 2017, con epicentro en Morelos, tuvo una magnitud de 7.1 (escala Richter), causado daños severos en la CDMX, así como en los estados de Morelos, Puebla, México y Guerrero. En la ZMQ se pudo sentir el sismo especialmente en edificios altos, sin embargo no se reportaron daños.

Es pertinente señalar que, hasta esta fecha, no es posible predecir científicamente la ocurrencia de un sismo, no se puede anticipar dónde, cuándo y en qué magnitud se presentará.

No obstante, en el caso de los mapas de evaluación del peligro sísmico, es factible estimar que la probabilidad de un terremoto de un tamaño dado afectará un lugar determinado durante un cierto número de años.​

Debemos ser cuidadosos en lo que se presenta en las redes sociales, frecuentemente se divulgan falsedades y rumores con cualquier intención, en general no son confiables, es fundamentar revisar si la fuente está acreditada.

Ex Rector de la UAQ. zepeda@uaq.mx

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