En los inicios de este mes de enero de 2015 el papa Francisco ha hecho un significativo reconocimiento a dos mexicanos: el día 4 se anunció el nombramiento de monseñor Alberto Suárez Inda, arzobispo de Morelia, de 75 años de edad, como nuevo cardenal de la Iglesia Católica, y el pasado jueves 15 se entregó la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice (Por la Iglesia y por el Papa) a un laico mexicano, a don Roberto Servitje Sendra, de casi 87 años de edad, por su compromiso ético de contribuir al bienestar de la sociedad y al mundo.

En el fondo de estos reconocimientos, como de muchos que ha hecho el papa Francisco, (quien fue electo Papa a los 76 años) hay un mensaje muy importante: tenemos que ser generosos siempre.

Es común escuchar en muchas personas la aspiración de llegar a un estado de vida en el que ya no tengamos qué preocuparnos de nada más que de disfrutar nuestros bienes, sin preocuparnos de los demás ni de nuestro entorno. Incluso los niños y jóvenes reciben mensajes en el sentido de interesarse más en su propias satisfacciones que en la conveniencia y en la responsabilidad de procurar el bien de todos.

Tuve oportunidad de acudir al evento en el que se le entregó su reconocimiento a don Roberto Servitje en la ciudad de México, en el marco de la reunión nacional de empresarios de la Confederación USEM (Unión Social de Empresarios de México, A.C). En dicho evento, el representante del Papa en México, monseñor Christophe Pierre, dio un emotivo mensaje en el que explicó las razones de su santidad en estos recientes hechos:

“El Santo Padre otorga títulos y reconocimientos a una vida dada, más que a determinada persona para darle prestigio o autoridad. Recientemente tenemos un ejemplo mexicano muy claro. Ha hecho cardenal de la Iglesia, a un hombre que ha vivido una vida entregada… a un hombre que después de más de cincuenta años de sacerdocio y más de veinticinco de obispo, sigue llamando a la entrega hasta el final. A don Alberto Suárez Inda, quien próximamente será revestido del rojo del martirio, como a usted, querido don Roberto, el Papa les manda una señal muy grande: seguir, seguir hasta el final, con la misma generosidad.”

Dijo también que “Todo empresario, todo político, todo padre de familia, todo maestro, debe vivir con la mirada más allá de sí mismo. Si no lo hacemos, corremos el grande riesgo de la autorreferencialidad, de vivir sumergidos en nuestras propias ideas, nuestros caprichos. Entremos en diálogo constante con el señor, y compartamos la vida con el prójimo... Sólo así podremos cultivar esta patria hermosa que Dios nos ha dado…”

El Nuncio Apostólico citó también un texto de don Roberto en el que dice que “Creo que todos los hombres hemos sido creados para “servir” y que la felicidad a que todos anhelamos, sólo se alcanza si se sirve bien… Creo que nuestro ejemplo es fundamental para quienes nos rodean, por lo que nuestra vida tiene que tender a ser ejemplar… Creo en la oración, no sólo por lo que pedimos y agradecemos, sino porque nos ayuda a meditar sobre lo que debemos ser o hacer...

“Creo en la austeridad bien entendida, si bien es justo disfrutar de lo que se alcanza, también debe haber un tope para muchas cosas, aunque se puedan tener… Creo que los grandes retos producen satisfacciones íntimas muy profundas, por lo que hay que atreverse a enfrentarlos.”

Respecto a monseñor Suárez Inda, es importante comentar que pertenece a la orden de los Agustinos Recoletos, la cual tiene una importante presencia en Querétaro.

Estos mensajes nos deben motivar a interesamos más en los demás y en el mundo. Revisemos cuáles son nuestras principales virtudes y fortalezas y cómo podemos colaborar en el ámbito social, cultural, educativo, religioso o político.

Analista político y miembro del PAN. @ggrenaud

Google News