En la pasada semana la diputada federal por Querétaro, María Alemán, participó en el décimo Foro Urbano Mundial, celebrado en Abu Dabi, Emiratos Árabes Unidos, por la agencia Habitat de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Este es un espacio que se ofrece cada dos años para compartir las experiencias particulares que algunas ciudades alrededor del mundo han tenido en relación a su sustentabilidad. ¿Qué se mencionó y qué impacto tiene?

En este foro internacional, la legisladora priísta expuso a Hércules como ejemplo queretano de la sustentabilidad. Sin duda es un espacio muy importante para la cultura queretana, puesto que es sede de numerosas fiestas tradicionales, así como uno de los barrios fundacionales de nuestra ciudad de Querétaro. En este contexto, las labores de sustentabilidad en tal espacio han sido meticulosas desde hace años y han favorecido a crear las condiciones para un bienestar social. Pero más allá de eso, hay algo que mencionó Alemán en su participación en este foro, y fue el haber condenado la violencia contra las mujeres.

Sin duda cualquier espacio no deja de ser importante para enfatizar la necesidad de erradicar los males sociales que existen en el mundo, como la discriminación y sus variantes, y la violencia de género, entre otros. Y es de suma relevancia seguir mencionándolo para no sólo concientizar a las personas, sino para evitar la normalización de los actos incorrectos y que dañan profundamente a la sociedad, y qué mejor manera de incidir en esto que en un escenario internacional, donde varios países estarán escuchando lo que se dice para, entre otras cosas, encaminar sus políticas domésticas hacia el consenso que se llegue entre los participantes del foro, o al menos hacia las recomendaciones que de ahí emanen.

Pero esta intervención de la diputada priísta hace que surja la pregunta con respecto a Querétaro: ¿qué se está haciendo aquí para erradicar la violencia de género? Por fortuna no somos la entidad federativa con más casos registrados de violencia de género, y tampoco somos la que más feminicidios ha registrado en el año pasado, por ejemplo. Pero eso no indica que por lo tanto no se deba realizar algo al respecto.

Recientemente en esta columna, “Procesos del Poder”, escribí acerca de la iniciativa del Congreso local de nuestra entidad, que tiene por meta reducir la violencia de género al imponer sanciones más estrictas para aquellas personas que la causen. En este escenario es importante destacar la unión de los diferentes partidos involucrados en este panorama para erradicar problemas puntuales en la población de Querétaro. No importa qué partido gobierne, es esencial que los actores políticos en conjunto trabajen para un bien común y que no existan, en cambio, acciones dirigidas a entorpecer las iniciativas inteligentes y que valen mucho la pena aprobar.

Pero, lamentablemente, no es suficiente. No basta con el establecimiento de políticas a pesar de lo muy buenas que puedan ser, pues recordemos que son las instituciones las que aplican esas políticas y que alguna falla en el procedimiento puede hacer que esa política —de nuevo por muy buena que sea— no se aplique del todo. Por ende, se necesitan refrescar las instituciones y hacerlas sólidas y confiables. Y paralelamente, y desde luego que no sólo es obligación del gobierno, sino de la sociedad en general; se debe seguir denunciando y condenando los males sociales, entre ellos la violencia de género. En la medida que no se normalice podremos aún combatirla y asegurar poco a poco un mejor bienestar para la sociedad. Crucial es que como sociedad tomemos esa responsabilidad, pues no importa qué tantos esfuerzos hagan las organizaciones no gubernamentales o los gobiernos para erradicar este mal, si la sociedad no apoya, no se llegará lejos.

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