No hay duda, la violencia genera violencia. Si enseñamos a las nuevas generaciones a ser violentos premiando las acciones violentas o a tolerar la violencia no nos sorprendamos si se convierten en generaciones violentas con las terribles consecuencias que esto conlleva. Peor aún si, de alguna o de otra manera, les facilitamos el acceso a las armas. Un ejemplo de ello lo tenemos en el creciente número de tragedias en los EU en las que un estudiante acribilla a sus compañeros de escuela y después termina suicidándose.

Señalo lo anterior porque me parece que lamentablemente en nuestro país estamos transitando en esa misma dirección. Ahora ya no solo se promueven los videojuegos en los que mediante animaciones premian al jugador más efectivo en matar a sus adversarios, es decir al más violento. En otras palabras, el niño/adolescente jugador recibe reconocimientos por eliminar a sus adversarios. Reconocimientos que desde luego son sumamente valorados por el menor de edad ya que en muchas ocasiones llegan a ser los únicos reconocimientos de los que son sujetos (ojo papás y mamás; sus hijos necesitan de reconocimientos sobre todo de ustedes. Sugiero se los den como consecuencia de esos pequeños logros de todos los días —ejemplo sus calificaciones aun y cuando no se trate de 9 o 10). Ahora lamentablemente también se promocionan películas y series de televisión en las que los protagonistas son adolescentes, físicamente atractivos, entrenados para matar. Películas y series que debido a fenómenos como el de “imitación de héroes o villanos” o el de “sentido de pertenencia” los adolescentes relacionan su percepción de éxito con incurrir en acciones violentas. Tal es el caso de “PrimeVideo.Mx” que promueve la serie “Hanna”. Serie que, guste o no, incita a la violencia. Para comprobarlo basta leer los comentarios dejados en Twitter por personajes como “Sury” quien publicó; “La neta esta bien chidilla. Una hasta se siente un grado más poderosa.”

Me parece importante señalar que aún y cuando asumamos que al interior de nuestras familias no ocurren hechos violentos o mejor aún, que nosotros y nuestros familiares no somos violentos, la realidad es que todos somos, o podemos ser, víctimas de las acciones violentas cometidas por otros. Lamentablemente este fenómeno se presenta en prácticamente todos los espacios donde convivimos. Se presenta como Bullying al interior de las escuelas, como asaltos en nuestras calles, como secuestros y también como abandonos escolares por la falta de recursos económicos (cancelar sueños y proyectos de vida de cualquier persona por cuestiones económicas también es violencia), etc., etc..

Basado en lo anterior me parece conveniente el que todos los mexicanos reflexionemos sobre el tema y el que actuemos en consecuencia. Personalmente no tengo duda alguna, si seguimos sembrando violencia o permitimos que otros lo hagan, aún al amparo de la ley, seguiremos cosechando violencia y muertes.

Fuente de los Deseos: Ojalá todos reflexionemos sobre nuestras acciones y omisiones (omitir también puede llegar a ser un acto violento). Ojalá sepamos apoyar las acciones de gobierno que buscan disminuir la “anticultura” de la violencia (ejemplo; Programa de intercambio de juguetes bélicos por material deportivo) y señalar las omisiones. Ojalá sepamos distinguir que enfrentar a los delincuentes es una acción decisiva para alcanzar la paz y tranquilidad. No hacerlo sería, además de un acto de cobardía, un acto sumamente agresivo por complicidad criminal.

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