El serial taurino de Juriquilla de todo marzo ha sido un gran éxito pues es una gran oportunidad para los que se visten de traje de luces y no son tan reconocidos o algunos otros que fueron prospecto pero nunca despuntaron; entonces la corrida del sábado pasado tuvo matices bastante interesantes desde brindis con toques de enamorar que al final resultaron aburridos, hasta un joven triunfador que en lo personal me dio tanto gusto ver torear con pasión y sin aspavientos, me refiero a Gerardo Adame un chavo que sin tanto glamour llenó la pupila de los que asistimos en la tarde del sábado.

También descubrimos que a otros toreros les falta terminar por cuajarse, pues varios fallaron en la suerte suprema de la espada y otro tanto solo fueron a lucirse con la “artisteada”, que dicho sea de paso nadie peló y que también terminó por fallar. En fin un par de triunfadores en cuanto a orejas, como ya mencioné Adame y el matador Israel Téllez que a pesar de dejar una estocada tendida le bastó para hacerse acreedor a un apéndice.

Este viernes se dará cerrojazo a la mini temporada taurina en Provincia Juriquilla y pues con un cartel de lujo, con el rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza alternando a pie con los hidrocálidos Joselito Adame y Juan Pablo Sánchez. Un cartel que pinta bien y que sin duda tendrá una espectacular entrada en la plaza del norte de la ciudad.

Es aquí donde quiero entrar al tema de esta semana. En Juriquilla no sólo buscan un torero y ya lo obtuvieron sino que también se busca afición. Y es que a lo largo del serial los tendidos lucieron semi vacíos, a mi cuando me mostraron la fiesta de los toros de enseñaron que un verdadero aficionado es el que aguanta malos toros, malos toreros, un clima caluroso, un clima lluvioso, en fin aguanta todo con tal de ver un pase para pintura o ver a un torero triunfar después de una gran faena. No solo cuando se presentan las figuras ya consagradas, y es que desafortunadamente estoy seguro que la buena entrada que se tiene prevista para mañana es más de villamelones borrachos que de aficionados de cepa. Esta profesión es muy celosa y pocos acceden a una tienta, a dejar ver el ritual de la vestimenta y demás cosas. Y también creo que los aficionados de cepa somos celosos.

La dos corridas que tuve a bien presenciar me llevaron a esta reflexión y es que en una plaza está permitido que griten, mienten madres al juez, a los toreros, al ganaderos y todo quien se atraviese pero es una falta de respeto que mientras se está jugando la vida un ser humano otro se pasen la corrida en ver si el wisky es de cierta marca o peor aun coreando el nombre de otro torero que ni siquiera está anunciado, ni mucho menos toreando. Eso sí que no se debe aceptar.

Es maravilloso ver las plazas llenas pero sería más maravilloso ver las plazas llenas de conocimiento, en fin eso es algo que no depende de nadie pero no está de más decirlo. Un pequeño consejo: Es más valido no saber a pretender saber.

Está por demás decir que el espectáculo de mañana está garantizado pues son toreros que ya tienen  cartel, que ya saben cómo arengar a los tendidos y como exigir que se les premie, aunque su faena no sea buena.

Y como en columnas anteriores ya he mencionado los villamelones son un mal necesario de la fiesta, pero tampoco hay que abusar porque de esa manera también se hiere a la fiesta brava.

Espero sus comentarios a y @olmochato

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