Siempre en estas fechas me recorre un gran anhelo de disfrutar de la fiesta que solo San Fermín en Pamplona puede ofrecer. Y es que desde el 6 de Julio hasta el 14 de cada año el rojo y el blanco son las banderas que debe portar un taurino español y nosotros  como mexicanos las ojeras y el cansancio de la desvelada que genera verlos en vivo y en directo.

Un año más de este bendita fiesta en la comunidad de Navarra que ha sido todo un éxito ya que si bien existieron los heridos por asta de toro la fiesta y los cánticos de una plaza abarrotada desde las 7 de la mañana son una verdadera emoción.

Este año han sido diez los heridos por asta de toro, dos más que el año pasado, además de ocasionar 27 traslados a hospitales por múltiples contusiones y traumatismos entre los corredores. De la decena de corneados, permanecen ingresados los cuatro heridos del día 11 y uno del día 13, aunque su evolución es favorable. Los otros cinco mozos empitonados ya han recibido el alta.

Los heridos por asta se registraron en los encierros de los días 7, 8, 11 y 13 de julio. El sábado 11 de julio fue el día con más corredores heridos por asta, en un encierro histórico, ya que uno de los toros se volvió a los corrales nada más salir y no terminó el recorrido. Esa imagen fue muy extraña como el mismo recorrido ya que de ir en la manada acostumbrada entre los mansos y sus hermanos simplemente no quiso correr a su lado, ¡vaya lío! Pero todo salió bien más tarde en un “encierrillo” pudo llegar sin mayores complicaciones a la plaza.

Desde el “chupinazo” hasta los “Miura” se vive una locura colectiva en una ciudad como Pamplona.

Vino, cerveza, mujeres y hombres guapos de todo el mundo, gran verbena, gran respeto al santo, pero sobre todo ver toros a diestra y siniestra ya sea en monumento o directamente en la plaza. Ya que como dice el programa de cada año existen comparsas, música, canciones y una serie de algarabía que es imposible no querer estar en la madre patria.

De este lado del “charco” si bien no podemos andar con el pañuelo rojo ceñido al cuello si podemos emocionarnos de los encierros y aunque algunos lo vean con morbo otros lo vemos como una tradición preciosa.

Muchos de los que comparto el pan y la sal y mi esposa me preguntan ¿por qué verlos en vivo?, ¿Qué necesidad de ir todo desvelado al siguiente día a trabajar?, me dicen grábalo y los ves en el día pero siempre hago la comparación con el futbol en los mundiales y les digo es como ver la repetición de los partidos no sabe igual.

No puedo despedirme de esta columna sin recordar en cántico que se reza tres veces pidiendo la protección del santo.

El cántico a San Fermín dice: "A San Fermín pedimos, por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición". Desde 2009 se añade la estrofa en euskera por iniciativa de los corredores del encierro que dice así: "Entzun arren San Fermín / zu zaitugu patroi / zuzendu gure oinarrak / entzierru hontan otoi. Viva San Fermín. Gora San Fermín".

De por sí España me llama a cada rato para conocerla ahora en estas épocas aún más, y no podré morir en paz sin estar en un festejo de los sanfermines, una promesa que sería imperdonable no cumplirla… Hoy y siempre ¡VIVA SAN FERMÍN! ¡GORA SAN FERMÍN!

Espero sus comentarios a y @olmochato.

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