Sacar de contexto frases en una entrevista NO ES Periodismo. Editar o seleccionar ideológica y políticamente fragmentos de una conversación de interés público NO ES Periodismo. Menos aún, no saber utilizar los signos de puntuación, como por ejemplo las comillas, para recuperar supuestas ideas y frases de un discurso público.

En una semana marcada por el inicio de la sección “Quién es quién en las mentiras” como parte de las conferencias de prensa matutinas en Palacio Nacional, y el contenido de una entrevista realizada por caricaturistas de la revista “El Chamuco” al Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, vocero del gobierno federal frente a la pandemia por Covid-19,  vale la pena enfatizar la importancia de la responsabilidad, el contexto y la verificación.

Reducir una conversación que duró más de 50 minutos, que incluyó 3 temas relacionados con la salud pública, a un video que no sobrepasa los 110 segundos, implica hacer una “maroma” guiada por la irresponsabilidad y tergiversar el discurso en su conjunto.

Peor aún, si en el fragmento de audio y video seleccionado se atribuyen ideas o frases que nunca se expresaron por parte de un servidor público, en este caso el Subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud.

Es legítima y válida la crítica sobre el desarrollo de la conversación, las preguntas (o no) que se le hicieron al Dr. López Gatell, el contexto de la transmisión del programa, el tono de aseveraciones y preguntas de los caricaturistas, pero presentar un video menor a 2 minutos, sin hacer alusión al tema principal sobre el cual giró la entrevista y del cual se desprenden las frases del video seleccionado, es una irresponsabilidad.

Como reglas básicas en la práctica periodística, lo primero de una entrevista es transcribirla en su totalidad, con todo y “muletillas”, pausas, para así saber el contexto y las ideas principales surgidas en la conversación.

Esto en ocasiones ayuda a entender el porqué de las respuestas.

Otra regla básica, no solo del Periodismo sino de lógica elemental, es usar correctamente la puntuación. Si no lo dijo la persona, no tienen por qué ponerse las comillas. De lo contrario, se crean narrativas alejadas de la realidad.

Vivimos en una dinámica marcada por la inmediatez, el consumo y las prácticas creadas socialmente por usar medios digitales, con distintas narrativas y discursos que buscan posicionarse en el imaginario de gran parte de la población.

Con base en esta premisa, hay que ubicar y tratar de entender los temas de agenda relacionados con la información periodística y la comunicación política.

El desabasto y la escasez de medicamentos oncológicos para enfermos o pacientes con cáncer en México comenzaron a agudizarse desde 2016, según han revelado investigaciones periodísticas como por ejemplo las realizadas por “Animal Político”.

No es un problema que inició en diciembre de 2018. También ha tenido matices: depende la institución de salud, el desabasto o la escasez han sido momentáneos: durante semanas y en algunos hospitales e instituciones no se ha sufrido por ausencia medicamentos, como los propios padres y las madres de infantes han reconocido en entrevistas afuera del Aeropuerto de la CDMX esta semana que concluye.

Antes de “rasgarnos las vestiduras” e indignarnos por el comienzo de la sección “Quién es quién en las mentiras” (que sí tiene aspectos para criticar y reclamar al Poder Ejecutivo federal), las y los periodistas deberíamos mirar al interior, hacia nuestras prácticas informativas, porque si los medios de comunicación y un sector del gremio en México pasan por una crisis de credibilidad, esto no se debe solo al poder político.

Hay ejemplos de sobra: desde conductores de televisión que presentan gráficas alteradas que no corresponden con las cifras, montajes, hasta periodistas que tuitean o postean algo antes de confirmar el dato principal de su información, entre otros.

Si bien la sección iniciada el miércoles 30 de junio en Palacio Nacional implica una potencial estigmatización hacia la prensa, crítica y aspecto que merecerían una segunda parte de este artículo; las y los periodistas debemos preocuparnos más por la práctica, los procesos y la jerarquización en la obtención, contextualización, verificación y publicación de la información.

Esto ayudaría a romper e impedir el estigma, desde el Periodismo.

*Periodista y profesor de la UAQ

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