La pesca es una actividad que explota especies silvestres en su medio natural. Los instrumentos ofrecidos por el sector pesquero para ordenar, regular el uso y conservar los ecosistemas marinos han resultado ineficaces, lo que explica la sobreexplotación y colapso de numerosas pesquerías que han llevado a la desestructuración de cadenas tróficas e incluso a la extirpación regional o extinción de especies.

Desde un compartimento sectorial impuesto por intereses creados, no es posible asegurar la conservación de los mares ni la viabilidad de la industria pesquera cuya actividad es dominada por ambición de corto plazo y miopía económica y ecológica. Permisos y concesiones de pesca se otorgan sin restricciones espaciales o territoriales y son de vigencia general en el territorio marino y Zona Económica Exclusiva de México.

La vigilancia es de una precariedad extrema, en virtud de que los presupuestos de la autoridad pesquera (CONAPESCA) se concentran en más de 70% en el otorgamiento de subsidios que fomentan un excesivo esfuerzo pesquero y la sobreexplotación. Los presupuestos, equipamiento, personal, voluntad de vigilancia y aplicación de la ley son muy pobres. La Guardia Costera de la Secretaría de Marina apenas ha iniciado funciones con facultades integradas de aplicación de la ley en el mar.

El instrumento de política ambiental capaz de ofrecer una gobernanza integrada con perspectiva territorial y ecosistémica de los mares nacionales es la declaratoria y manejo de Áreas Naturales Protegidas (ANP´s). El decreto de creación de ANP es un medio poderoso de ordenamiento, planeación, conservación y regulación de los aprovechamientos de recursos naturales.

El Mar de Cortés y las aguas del Pacífico aledañas a la Península de Baja California hoy soportan la mayor presión de la industria pesquera mexicana; ahí ocurre más de 60% de la pesca en aguas nacionales del mar territorial y la Zona Económica Exclusiva. Operan ahí la mayor parte de las flotas camaronera, palangrera y sardinera del país, con profundos impactos ecológicos.

Una gran Reserva de la Biosfera en el Mar de Cortés y en el Pacífico Sudcalifornianos aseguraría la conservación de biodiversidad, viabilidad a largo plazo de actividades pesqueras, desarrollo pleno de un turismo ecológico centrado en apreciar la naturaleza. ¿Habrá la voluntad suficiente y necesaria del gobierno federal saliente y del entrante para impulsar una iniciativa de esta naturaleza?

Presidente del CEMDA

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